El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos dio la voz de alerta sobre la relación entre la aplicación de alisados para el pelo y el cáncer de útero y más a fondo, el cáncer de mama.
N Investiga realizó un trabajo de investigación para que la alta incidencia de la enfermedad en la República Dominicana sea investigada, ya que hasta el momento, en el país no existen estadísticas formales que demuestren la correlación entre ambas cosas.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) advirtió sobre el riesgo del el formol, un producto de alisado vinculado con el cáncer de útero, endometrio y cuello uterino y más recientemente, con cáncer de mama.
A pesar de estas advertencias, su uso continúa prevaleciendo en gran parte debido a la falta de seguimiento y regulación efectiva.
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“Desde que este estudio salió había que compararlo a la población nuestra, en República Dominicana, ya que los datos que ofrece este estudio tienen mucha relación con la realidad, que pudiera estar vinculado con el cáncer de endometrio”, afirmó Miguel Monanci, presidente de la Sociedad Dominicana de Oncología.
Monanci, explicó que los productos para aliviar el cabello contienen varios compuestos químicos peligrosos, incluyendo los metales y los aldehídos, o sea, el formol.
El formol o formaldehído, es un compuesto químico orgánico perteneciente a la familia de los aldehídos, que en concentraciones pequeñas puede presentar irritación ocular, irritación nasal, mareos y náuseas.
Pero también están los parabenos y el bisfenol A, estos compuestos no solo afecta la salud hormonal, sino que también pueden desencadenar el desarrollo de otros riesgos como la obesidad y la infertilidad.
Según un estudio que englobó a 34.000 mujeres latinas, arrojó alarmantes resultados. El 4.34% de las mujeres que se alisaron al menos 4 veces al año tienen mayor probabilidad de desarrollar un cáncer de endometrio.
En 2023 es cuando deciden finalmente retirar el producto del mercado mundial, luego de haber recibido unas 38.000 demandas, incluyendo una en 2017 en Los Ángeles, que resultó en el pago de 417 millones de dólares a una mujer de 63 años diagnosticada de un cáncer de ovario terminal.
“Todo conlleva investigación y desarrollo, productos que vienen utilizándose desde hace muchos años y que son muy comunes es difícil sacarlos del mercado sin que aparezca un sustituto”, aseguró Fernando Rampember, licenciado quimico.