Como todos los años, esta efeméride, que se celebra todos los 22 de julio, tiene la misión de generar una tomar conciencia y divulgar conocimiento acerca de los trastornos neurológicos que afectan a las personas de todo el mundo. Este año, el lema está dedicado a la salud cerebral y la prevención.
La Federación Mundial de Neurología afirma que esas afecciones aún son la causa de años de vida con discapacidad, y afectan la salud mundial a través de patologías como: accidentes cerebrovasculares (ACV), migrañas, enfermedad de Alzheimer, meningitis y epilepsia.
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Sin embargo, una gran proporción de estos trastornos se pueden evitar. “El 90% de los accidentes cerebrovasculares, el 40% de los casos de demencia y el 30% de las epilepsias se pueden prevenir”, destacó la Federación Mundial de Neurología. Además de esas enfermedades, el deterioro cognitivo es un gran temor para muchas personas, ya que lo asocian a trastornos mayores, como el Alzheimer.
¿Es posible prevenir el envejecimiento del cerebro y protegerlo de enfermedades?
El doctor Alejandro Andersson, neurólogo, director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), respondió a Infobae: “La prevención del envejecimiento cerebral, aunque no se puede evitar por completo, puede ser significativamente retrasada y mitigada a través de diversas estrategias y hábitos de vida saludables”.
Por su parte, el doctor Ricardo Allegri, jefe de Neurología Cognitiva, Neuropsiquiatría y Neuropsicología de Fleni, señaló a Infobae que a medida que envejecemos hay una declinación cognitiva, no un deterioro. “La declinación es normal e implica rendimiento similar a los sujetos de la misma edad y nivel sociocultural. Esta declinación no es homogénea en todas las áreas cognitivas, algunas como la evocación libre declinan y otras, como el lenguaje, se mantienen más estables. Esta declinación es parte de los llamados cambios relacionados a la edad (defectos visuales, modificaciones en piel y faneras, olvidos, etc.)”, describió el médico.
En cambio, el deterioro cognitivo es cuando el rendimiento cognitivo está por debajo de lo esperable para la edad y escolaridad e implica alguna patología (Alzheimer, vascular u otra), explicó el doctor Allegri, y agregó: “Cuando afecta la funcionalidad, hablamos de demencia. Hoy, según el El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM 5), el deterioro cognitivo sin impacto funcional se llama trastorno neurocognitivo menor y aquel con impacto funcional se denomina trastorno neurocognitivo mayor”.
Otro de los “enemigos” del cerebro es el estrés. María Teresa Morales Guzmán, directora del Instituto de Neurobiología, campus Juriquilla, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recomendó aprender a reconocerlo, porque “cuando alguien tiene estrés de forma repetitiva –durante semanas o meses– se vuelve un problema crónico y puede tener consecuencias en el sistema nervioso: afecta al cerebro y genera estados de ansiedad, depresión e insomnio; además de otras afecciones: cardiovasculares, digestivas y del sistema inmune.