Las autoridades rescataron a personas atrapadas por las inundaciones y más de tres millones de clientes quedaron sin luz en gran parte del suroeste de Estados Unidos mientras Helene azotaba Georgia a primera hora del viernes convertida en tormenta tropical, tras tocar tierra en el noroeste de Florida como un huracán de categoría 4.
La tormenta llegó a tierra luego de que el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) advirtió que el enorme sistema podría generar una marejada “de pesadilla” y llevar peligrosos vientos. Había al menos cuatro muertes relacionadas con el meteoro.
Videos publicados en redes sociales mostraban intensos aguaceros en Perry, Florida, cerca de donde el huracán tocó tierra, y el revestimiento de edificios saliendo por los aires. Una televisora local mostró una vivienda que quedó boca abajo. La comunidad y gran parte del condado de Taylor no tenían electricidad.
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En el de Citrus, a 193 kilómetros (unas 120 millas) al sur de Perry, los rescatistas salieron en lanchas a primera hora del viernes para ayudar a los atrapados por las inundaciones.
“Si está atrapado y necesita ayuda, por favor, llame a emergencias — NO TRATE DE ATRAVESAR LAS CRECIDAS POR SU CUENTA”, advirtió la policía del condado en una publicación en Facebook. En el agua podría haber cables eléctricos activos, aguas residuales, objetos punzantes y otros desechos, agregó.
“Esperamos que se debilite más aún. Va a virar hacia el norte y hacia el noroeste y llegará a Tennessee y Kentucky, y se fundirá con otro sistema en esa zona”, dijo Jack Beven, experto en huracánes del NHC.
La tormenta debería seguir perdiendo fuerza el viernes por la tarde y sus vientos caerán por debajo de los 64 km/h (40 mph), pero podría arrojar lluvias torrenciales generalizadas en los Montes Apalaches, con la posibilidad de deslaves e inundaciones repentinas, agregó Beven.
Según el NHC, Helene llegó a la costa aproximadamente a las 11:10 de la noche cerca de la desembocadura del río Aucilla en el área del Big Bend de Florida, con vientos máximos sostenidos de alrededor de 225 km/h (140 mph). Tocó tierra a apenas 32 kms (20 millas) de donde lo hizo el año pasado Idalia, que tenía casi la misma potencia y causó daños generalizados.
El vórtice del huracán pasó cerca de Valdosta, Georgia, mientras Helene avanzaba rápidamente en dirección norte hacia Georgia el jueves en la noche.
En un hotel de esta ciudad de 55.000 habitantes próxima a la frontera con Florida, docenas de personas se apiñaban a oscuras en el vestíbulo pasada la medianoche del viernes, mientras el fuerte viento aullaba en el exterior. En pleno apagón, la escasa luz procedía de la señalización de emergencia, linternas y celulares. El agua goteaba por las lámparas del comedor y trozos del tejado caían al suelo.
Fermín Herrera, de 20 años, su esposa y su hija de dos meses, abandonaron su habitación en la planta superior del hotel, donde se refugiaron por miedo a que los árboles cayesen sobre su vivienda en Valdosta.
“Oímos un ruido sordo”, contó Herrera, meciendo al bebé dormido en un pasillo de la planta baja. “Al principio no vimos nada. Poco después, la intensidad aumentó. Parecía como si un canalón golpease nuestra ventana. Así que decidimos marcharnos”.
En el condado de Thomas, Georgia, la oficina de policía amplió el toque de queda hasta el mediodía del viernes. La medida “ayuda a proteger a los equipos de emergencias y a los ciudadanos de nuestra comunidad, ya que las condiciones siguen siendo muy peligrosas. Por favor, quédense en casa”, dijo el departamento en un mensaje en internet.
La presencia de Helene en el golfo provocó la emisión de alertas de huracán e inundaciones repentinas que se extendían hasta el norte de Georgia y el oeste de Carolina del Norte. Más de 1,2 millones de hogares y negocios no tenían electricidad en Florida, y más de 190.000 estaban en la misma situación en Georgia, además de más de 30.000 en las Carolinas, según el sitio poweroutage.us, especializado en dar seguimiento a suspensiones en el servicio. Los gobernadores esos estados, además de los de Alabama y Virginia, declararon el estado de emergencia.
Una persona murió en Florida por la caída de una señal sobre su auto y se reportó el fallecimiento de dos más debido a un posible tornado en el sur de Georgia a medida que se acercaba el huracán.
“Cuando los habitantes de Florida se despierten mañana por la mañana, se van a despertar en un estado donde muy probablemente haya habido muertes y ciertamente va a haber pérdidas materiales”, dijo el gobernador de Florida, Ron DeSantis, en una conferencia de prensa el jueves en la noche.
Helene se movía rápidamente tierra adentro y se espera que su vórtice cruce desde el sur al norte de Georgia hasta la mañana del viernes. El riesgo de tornados persistirá durante la noche y hasta la mañana en el norte y el centro de Florida, Georgia, Carolina del Sur y el sur de Carolina del Norte, según los meteorólogos. En Virginia podrían darse más tarde el viernes.
“Helene sigue produciendo vientos catastróficos que ahora están avanzando hacia el sur de Georgia”, dijo el NHC en un reporte a la 1 de la madrugada del viernes. “La gente no debe salir de sus refugios”.
Los efectos del meteoro se sintieron desde antes de que tocara tierra, con vientos con intensidad de tormenta tropical sostenidos y rachas huracanadas en la costa oeste de Florida. El agua bañaba una carretera en la parte norte de Cabo Siesta, cerca de Sarasota, y cubría algunas intersecciones en St. Pete Beach. La madera y otros restos de un incendio registrado en Cabo Cedar hace una semana, se estrellaron contra la orilla.
Helene es la octava tormenta con nombre de la temporada de huracanes en el Atlántico, que empezó el 1 de junio. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica predijo que esta temporada superará la media debido a las temperaturas récord del océano.
AP
Por: Elvin Minaya