El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha decretado el inicio de las festividades navideñas para el 1 de octubre de 2024, adelantando así la celebración por quinto año consecutivo.
El anuncio, fue realizado a principios de septiembre, y presentado como un gesto de “agradecimiento” al pueblo venezolano. “Ya llegó la Navidad, con paz, felicidad y seguridad”, expresó Maduro en su programa semanal.
Este adelanto coincide con un ambiente político convulso. El mismo día que se emitió el decreto, la Fiscalía venezolana obtuvo una orden de arresto contra Edmundo González Urrutia, el candidato opositor que sostiene haber ganado las elecciones más recientes, las cuales fueron denunciadas como supuesto fraude por la oposición.
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A pesar de las intenciones festivas de Maduro, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) se pronunció en contra del uso político de la Navidad, recordando que tradicionalmente esta celebración comienza el 25 de diciembre. La CEV ya ha rechazado en años anteriores este tipo de medidas, que según algunos críticos, son utilizadas para desviar la atención de las problemáticas sociales y políticas del país.
En medio de este contexto, Venezuela sigue sumida en una profunda crisis política. Las elecciones recientes, en las que la oposición asegura haber obtenido más del 60% de los votos, han desencadenado masivas protestas. Las manifestaciones, que exigen transparencia electoral y un cambio de gobierno, han dejado un saldo trágico de 27 muertos, más de 190 heridos y miles de detenidos, incluidos varios menores de edad.
Desde su exilio en España, González Urrutia, de 75 años, sigue denunciando la supuesta represión del gobierno de Maduro, mientras que en las calles de Venezuela la realidad de un país en constante agitación política contrasta con los adornos navideños que buscan anticipar un clima festivo.
Mercedes Ya
Por: Itzel Olivo