Por: Ling Almánzar
La flamante reforma constitucional petrifica y “congela” el esquema de elección presidencial, al endurecer y “blindar” el mandato de un presidente poniendo “candados” para que un mandatario no pueda cambiar a su antojo la Constitución con el fin de perpetuarse en el poder.
La modificación de la Constitución establece que ningún presidente podrá tocarla para beneficiarse a sí mismo, y que reformar ciertos aspectos de la Carta Magna (forma de Gobierno, nacionalidad, moneda nacional…) ameritará un referendo ciudadano para ser definitivamente aprobado.
Lo que se aprobó en ese sentido fue lo siguiente:
“Petrificación del artículo 4 de la Forma de Gobierno y de la regla de elección presidencial descrita en el artículo 124, con el artículo 268″.
“Referendo aprobatorio artículo 272”
“Ningún funcionario de elección popular podrá beneficiarse de una reforma constitucional que se produzca en su mandato”
“Plaza de siete legislaturas ordinarias para aprobar las leyes que manda la Constitución”
“Impedimento vitalicio al actual presidente a presentarse a la Presidencia, ni a la Vicepresidencia de la República”.