Un proceso de un año para reformar la Iglesia Católica concluye el sábado con recomendaciones que se espera que estén muy lejos de las esperanzas de que las mujeres tengan más igualdad, pero que reflejan los objetivos del papa de una iglesia que al menos escuche más a su rebaño.
El máximo responsable doctrinal del Vaticano, el cardenal Víctor Manuel Fernández, dijo a la asamblea extraordinaria de obispos y laicos esta semana que el Papa Francisco dijo que el momento para permitir la ordenación de mujeres como diáconos en la iglesia “no está maduro”.
El proceso sinodal, que duró varios años, había despertado grandes esperanzas de cambio, especialmente para las mujeres, que desde hace tiempo se quejan de que se las trata como ciudadanas de segunda clase en la Iglesia. A las mujeres se les prohíbe el sacerdocio y los puestos ministeriales más altos en la Iglesia católica, pero son ellas las que llevan a cabo la mayor parte del trabajo de gestión de hospitales y escuelas católicas y de transmisión de la fe a las generaciones futuras.
Te puede interesar leer: “No son comunistas”; dice el papa Francisco sobre los cristianos que ayudan a los pobres
En su intervención ante el Sínodo el jueves, Fernández explicó que un grupo de trabajo especial continuaría después de la clausura de la reunión, pero que su enfoque se contraria en discutir el papel de las mujeres en la Iglesia, no en el diaconado. Añadió que, si bien trabajó con mujeres en funciones pastorales anteriores, “la mayoría no pidió ni quiso el diaconado, lo que sería engorroso para su trabajo laico”.
No respondió directamente a una solicitud para definir qué determinaría la “madurez” para un papel más importante para las mujeres.
El resultado parece decepcionante para los católicos que han estado haciendo campaña para que se reconozca que las mujeres comparten una vocación espiritual que no es diferente a la de los hombres. También señalaron que, a pesar de la inclusión de las mujeres en el proceso sinodal, el grupo de trabajo que guía los debates sobre el papel de las mujeres está dirigido por la curia romana y opera fuera del sínodo.
“Creo que está muy claro que los hombres ordenados son quienes deciden cuándo es el momento adecuado y en qué consiste la igualdad bautismal. Es muy frustrante, pero lo explicaron todo”, dijo Kate McElwee, directora ejecutiva de la Conferencia de Ordenación de Mujeres.
La primera fase del proceso sinodal finalizó el año pasado concluyendo que era “urgente” garantizar una participación más plena de las mujeres en los puestos de gobierno de la iglesia y pidiendo que se continuará la investigación teológica y pastoral sobre la posibilidad de permitir que las mujeres sean diáconas.
Los diáconos realizan muchas de las mismas funciones que los sacerdotes, como presidir bautismos, bodas y funerales, pero no pueden celebrar la misa.
Si antes del Sínodo la idea de permitir que las mujeres sean diáconos era una propuesta marginal impulsada por los progresistas occidentales, la idea ganó atención durante el debate. Se convirtió en una especie de prueba de fuego para ver hasta dónde iba a llegar la Iglesia, o no, para atender las demandas de las mujeres de una mayor igualdad y representación en los rangos más altos de la Iglesia.
Sin embargo, Francisco tenía otras ideas, insistiendo en que ordenar mujeres simplemente las “clericalizaría” y que había muchas otras maneras de empoderar a las mujeres en la Iglesia, incluso liderando comunidades católicas, sin recurrir a la ordenación.
Los defensores dicen que permitir que las mujeres sean diáconos ayudaría a compensar la escasez de sacerdotes católicos y abordaría quejas de larga data sobre su estatus de segunda clase.
Los opositores afirman que ordenar mujeres al diaconado sería el comienzo de una pendiente resbaladiza hacia la ordenación de mujeres al sacerdocio. La Iglesia católica reserva el sacerdocio para los hombres.
Francisco ha reafirmado repetidamente el sacerdocio exclusivamente masculino y ha criticado duramente a los agitadores “obtusos” que presionan a favor de un diaconado femenino.
Fuente: AP
GG
