Santo Domingo, RD.- En esta ocasión, #NInvestiga dedica un amplio reportaje al único cemí de algodón taíno que existe en el mundo, considerado un tesoro invaluable de la cultura prehispánica.
El cemí volverá al país, tras más de quince años de negociaciones con Italia, donde se encuentra esta figura indígena.
Esto será posible gracias a la firma de un memorándum con el Ministerio de Cultura de Italia y la Universidad de Turín, que busca intercambiar, en calidad de préstamo, objetos de la cultura taína que se encuentran bajo custodia de ambos países durante seis meses.
Así, República Dominicana recibirá el cemí de algodón, perteneciente al siglo XV y que es una pieza fundamental de la cultura taína, e Italia acogerá 14 artefactos de dicha cultura con el mismo valor testimonial, según establece el memorándum.
Los cemíes eran figuras creadas como ofrendas para las fuerzas de la naturaleza que representar a sus dioses o a sus antepasados en la cultura indígena.
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Existe un cemí de algodón de la antigua cultura taína. Hace tres años, N Investiga hizo un reportaje sobre cómo llegó a ese país y los esfuerzos de las autoridades por recuperarlo y traerlo a República Dominicana, a donde realmente pertenece ese bien cultural ancestral.
Es importante aclarar que el cemí solo vendrá como un invitado no para quedarse.
Gamal Michelén Stefan, viceministro de Patrimonio Cultural Ministerio de Cultura, explicó: “Ese es un patrimonio tangible, pero también contiene un valor intangible que yo no podría llevarlo dinero”.
En ese mismo sentido, los conocedores del tema arqueológico tenían noticias desde finales del siglo 19 de la existencia del llamado cemí de algodón. Pues cronistas, historiadores y arqueólogos fueron dejando referencias de esta reliquia cultural, que consiste en una pieza taína elaborada con varillas de bejucos para las piernas y brazos, y un soporte central de madera tallada y base de piedra, resinas y conchas, cuya altura es de 55 centímetros.
“Es un relicario, una memoria de alguien que lo ocupa usualmente cuando es de algodón y tiene un cráneo dentro porque alguna celebridad es a la que pertenece ese cráneo que está ahí”, comunicó Michelén.
Los cronistas de las Indias hablaban mucho sobe los cemíes del algodón, pero más adelante fueron enviados a España, donde los quemaron por la inquisición.
Sin embargo, el único que no fue quemado y que sobrevive hasta el día de hoy es este cemí de algodón, cuyos estudios de radiocarbono 14 han determinado que fue confeccionado entre 1441 y 1522, es decir en la etapa final de la cultura taína.
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Fue encontrado por un cazador en una cueva en Petit Trou, hoy Enriquillo, en el Bahoruco y adquirido en 1882 por el almirante Juan Bautista Cambiaso, de origen italiano, pero luego la pieza fue sacada del país a Europa y no se supo nada hasta la década de los 70, cuando el historiador Bernardo Vega, se encontró con una fotografía del cemí de algodón en los archivos del museo británico, en Londres, Inglaterra, como le explicó en 2021 a N Investiga, al hacer un reportaje sobre el tema; investigó, pero le aclararon que el cemí, como tal, no estaba allí. Así continuó siguiendo el rastro.
Bernardo Vega estableció que como Cambiaso era una familia de Génova, se presumía que debería de estar en algún sitio en Génova.
“Comencé a contactar a los diferentes museos. Me explicaron que, con motivo de la Segunda Guerra Mundial, muchas de las colecciones fueron llevadas a otro lugar. Pero preguntando y preguntando, un arqueólogo me dijo que él creía haber visto esa pieza en el Museo Antropológico de Turín”, reveló Vega.
Confirmó que se encontraba allí, en el Instituto Arqueológico de la Universidad de Turín, desde 1928, al ser donado por el abogado genovés, Cesare Buscaglia.
Era exhibido junto a momias peruanas, debido a que creían que la pieza era originaria de ese país suramericano.
Bernardo Vega explicó que envió a los representantes del museo en Turín toda la investigación que había documentado de esta pieza.
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“Cuando yo le mandé toda mi investigación sobre el caso, que ers exhaustiva, un artículo de muchas páginas, pues la convirtieron en la pieza más importante del museo”, agregó Vega.
Desde los años 70 se realizaron numerosos intentos para lograr que el Museo de Turín, otorgara a República Dominicana la potestad del cemí de algodón.
El exministro de Cultura, Rafael Lantigua; la exembajadora dominicana en Italia, Peggy Cabral; el exdirector del Museo del Hombre Dominicano, Cristian Martínez; y el actual embajador dominicano en Italia, Tony Raful, quien logró anunciar hace unos dos años que estaban negociando que el cemí fuera exhibido en RD. Pero, finalmente, luego de 15 años, el Ministerio de Cultura anunció que por fin será posible llegada al país.
Michelén Stefan adelantó: “Lo que hemos hecho nosotros son diligencias diplomáticas con la ayuda, bueno, principalmente del trabajo que ha hecho la ministra Milagros Germán, recientemente, que estuvo reunida allá con el ministro de Cultura, con el rector de la Universidad de Turín y con el director de Bienes Culturales de Italia, Luigi La Roca, y las diligencias que había hecho ya el embajador Tony Raful”.
El cemí llegará al país en junio próximo y será exhibido durante seis meses, gracias a un memorándum de entendimiento entre el Ministerio de Cultura de la República Dominicana y el Ministerio de Cultura de Italia junto con la Universidad de Turín, firmado en Roma, Italia.
“Va a haber un intercambio amistoso, donde nosotros mandaremos 14 piezas prehispánicas tainas a Italia y ellos prestan al cemí. Entonces es un intercambio. En el acuerdo, ambos países se comprometen a garantizar la seguridad integral y la adecuada conservación de las piezas, uno de los elementos que más preocupación generaba en el Museo de Turín y por demanda unas condiciones muy específicas de climatización”, adujo Michelén.
El viceministro de Patrimonio Cultural Ministerio de Cultura estableció que el país tiene la capacidad de tenerlo aquí sin que haya daño.
“Eso tiene su mecanismo y su protocolo hasta la manera de manipularlo. Incluso viene con todo y su vitrina actual. Hay que agradecerles a ellos, eso por la manera en que lo han tratado. Porque por muchas razones eso pudo no haber existido de no salir del país”, argumentó.
De hecho, las autoridades dominicanas reconocen que el hecho de que esa pieza haya sobrevivido hasta el día de hoy se debe en gran parte a las labores de preservación de la Universidad de Turín.
Especialistas han expresado que la llegada del cemí taíno a Italia no se puede calificar como robo, porque en la época donde el cemí fue sacado no había regulaciones para el tráfico ilícito de bienes culturales.
Sobre la manera exacta en que fue llevado hacia Italia, hay varias versiones. El museo italiano alega que fue una donación del presidente Pedro Santana a la familia Cambiasso en 1848. Mientras, Bernardo Vega lo descarta, debido a que todavía en el 1905 esa pieza seguía en territorio dominicano.
La gran pregunta es por qué este patrimonio de la cultura taína, que le pertenece a República Dominicana, fue cedido, en calidad de préstamo, y no es entregado totalmente.
Gamal Michelén Stefan dice: “¿Por qué préstamo y no devolución? Bueno, es como preguntarle a la gente del Museo del Louvre por qué no devuelve la Venus de Milo que está en el Louvre; porque apareció en Milo y Milo estaba colonizada en ese momento por los turcos. Y no crea que no ha habido gente que se le ha ocurrido la idea. Pero eso es muy difícil”.
Muchos entienden que es lamentable que solo estará en seis meses en territorio dominicano, esta pieza cuyo gran valor arqueológico consiste en que es única y su elaboración evidencia la gran vocación artística de los grupos que recibieron a Cristóbal Colón, lo que hace pensar que tal vez en República Dominicana solo quedan vestigios de esta cultura y otras grandes piezas como estas se podrían encontrar fuera del país. De ahí la importancia que los ciudadanos se den la oportunidad de ver la exhibición.
“Lo importante de todo esto. Vamos a preguntarnos algo está medio filosófico. ¿Quiénes somos nosotros? Nosotros somos nuestra memoria, lo que recordamos de nosotros mismos. Si nos damos un golpe en la cabeza y nos da amnesia, nos convertimos en otro que no somos nosotros mismos. El cemí es parte de la memoria, es de la época prehispánica”, concluyó.
Lo que sí es un hecho es que la exhibición del cemí en territorio dominicano constituye un acto de justicia hacia los orígenes que hace abrazar la identidad dominicana, mezcla de etnias y culturas.
