En una ciudad acostumbrada a la constante agitación, pocos casos logran estremecer tanto como el asesinato de Brian Thompson, CEO de UnitedHealthcare, en Manhattan. En las primeras horas del día, mientras se dirigía a un evento, Thompson fue abatido en un ataque que los fiscales califican como premeditado y que ha captado la atención no solo de Nueva York, sino también de todo el país.
El modus operandi del atacante, el uso de balas con inscripciones simbólicas y su cuidadoso plan de escape, han añadido capas de misterio y especulación al caso.
Las autoridades enfrentan el desafío de resolver este crimen de alto perfil en medio de una intensa presión mediática y pública. El alcalde Eric Adams aseguró que “la red se está cerrando”, mientras los investigadores recaban pistas tecnológicas y rastrean al sospechoso por la ciudad.
Adams afirmó también que los detectives conocían el nombre del sospechoso, del que difundieron una imagen el jueves y que lleva casi cuatro días prófugo. Sin embargo, no reveló su identidad.
Además, elogió “la forma en que (los investigadores) han podido seguir sus pasos para recuperar pruebas -algunas se conocen y otras no-, pero la red se está cerrando” y agregó que se va a “llevar a esta persona ante la justicia”, según informó The New York Post.
El viernes las autoridades habían informado que el sospechoso podría haberse ido de la ciudad y que trataban de identificarlo a través de un teléfono celular, una botella de agua, muestras de ADN y fotos de las cámaras de seguridad. El supuesto autor del asesinato había llegado en bus a Nueva York el 24 de noviembre, probablemente procedente de Atlanta (Georgia, sureste). Después se alojó en un albergue en el norte de Manhattan con una identidad falsa.
Fuente: Infobae