A partir del 1° de enero de 2025, la ciudad de Milán, conocida como la capital de la moda y las finanzas de Italia, se convirtió en pionera al implementar una prohibición total del tabaquismo en todos los espacios públicos al aire libre. Esta medida, considerada la más estricta del país, busca proteger la salud de los ciudadanos y mejorar la calidad del aire en una de las ciudades más contaminadas de Europa.
Alcance y objetivos de la nueva regulación
La normativa establece la prohibición de fumar en “todos los espacios públicos, incluidas las calles”, con multas que oscilan entre los USD 41 y USD 249 para quienes incumplan esta disposición. Solo se permite fumar en áreas aisladas, siempre que la persona se encuentre al menos a 10 metros de otras personas, según informó el consejo municipal de Milán.
Este avance es el resultado de un plan progresivo iniciado en 2020 con la aprobación de una ley de aire limpio, cuyo objetivo era reducir las emisiones contaminantes en la ciudad. La primera fase de esta estrategia se implementó en 2021, cuando se prohibió fumar en paradas de autobús, parques infantiles y recintos deportivos al aire libre.
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Aunque el impacto del tabaquismo en la salud es ampliamente reconocido, la medida tiene un enfoque ambiental. Según datos presentados por el la municipalidad, el tabaquismo es responsable del 7% de las emisiones contaminantes en Milán y sus alrededores. Con esta normativa, las autoridades esperan reducir en gran medida la contaminación y ofrecer un ambiente más limpio para los residentes y visitantes de la ciudad.
En términos de salud pública, el plan también busca minimizar la exposición al humo pasivo. Un representante del consejo municipal destacó que esta iniciativa pretende “proteger la salud de los ciudadanos, incluyendo la protección frente al tabaquismo pasivo en espacios públicos”.
La prohibición generó diversas reacciones entre los sectores sociales y económicos de la ciudad. Lino Stoppani, presidente de la federación de negocios públicos Fipe Confcommercio, en diálogo con Corriere Della Sera, calificó la medida como “simbólica” y difícil de aplicar, argumentando que “sin controles adecuados, las ordenanzas corren el riesgo de quedarse en simples iniciativas de concienciación en lugar de soluciones reales”. Stoppani también resaltó que la normativa libera a los negocios públicos de actuar como “carabinieri”, dejando la responsabilidad de los controles en manos de las autoridades locales.
Las dificultades para implementar la prohibición también son motivo de debate. Aunque la medida entró en vigor el 1° de enero, la policía local confirmó que no se realizaron arrestos ni multas durante la celebración de Año Nuevo. Esta falta de acción inicial pone en evidencia la necesidad de recursos adicionales para garantizar el cumplimiento de la normativa.
Stoppani advirtió sobre “debilidades normativas” y posibles “confusiones en su aplicación”, lo que podría complicar aún más la labor de las autoridades. Además, la prohibición plantea retos particulares en eventos de gran envergadura, como los Juegos Olímpicos de Invierno de Milán-Cortina en 2026, donde se espera un alto volumen de visitantes.
Comparativa con otras regulaciones en Italia y el mundo
La prohibición en Milán representa un paso más allá de las normativas ya existentes en Italia. Desde 2005, el tabaquismo está prohibido en todos los espacios públicos cerrados del país, pero su implementación ha sido desigual. Por ejemplo, en Turín, está prohibido fumar en presencia de niños o mujeres embarazadas al aire libre, mientras que en Roma, muchas terrazas de restaurantes permiten fumar.
A nivel internacional, varias ciudades han adoptado restricciones similares para reducir la exposición al humo de cigarrillo y mejorar la calidad del aire. Estas regulaciones, que incluyen áreas específicas de Nueva York y Tokio, han servido de referencia para la estrategia de Milán, aunque la escala de la prohibición milanesa la posiciona como una de las más ambiciosas del mundo.
Un cambio cultural y ambiental en Milán
La prohibición de fumar en espacios públicos al aire libre en Milán simboliza un cambio cultural importante que podría marcar tendencia en otras ciudades italianas y europeas. Si bien enfrenta críticas y desafíos de implementación, su éxito dependerá en gran medida de la capacidad de las autoridades para garantizar su cumplimiento y de la receptividad de los ciudadanos ante este cambio.
En un país donde el 25% de la población fuma, según el Ministerio de Salud, la medida no solo refleja un esfuerzo por abordar los problemas de salud pública y ambientales, sino también una apuesta por redefinir el estilo de vida en una de las metrópolis más icónicas de Italia.
Infobae
Por: Itzel Olivo