La región del Catatumbo, en el noreste de Colombia, ha sido escenario de una grave escalada de violencia, que ha dejado al menos 60 muertos, 32 personas secuestradas y cientos de desplazados, según la Defensoría del Pueblo. Estos hechos están relacionados con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el grupo armado más grande del país, y las disidencias de las FARC.
A pesar de que las FARC firmaron un tratado de paz con el gobierno colombiano en 2016, varios grupos disidentes han continuado su lucha armada, tanto contra otras guerrillas como contra las fuerzas del Estado. Los recientes ataques en Catatumbo han roto una tregua precaria entre el ELN y las disidencias de las FARC, que estaban en conversaciones de paz con el gobierno de Gustavo Petro.
Suspensión de los diálogos de paz con el ELN
El gobierno de Petro, ante la intensificación de la violencia, suspendió los diálogos de paz con el ELN. El presidente afirmó que los ataques cometidos por este grupo en el Catatumbo son “crímenes de guerra” y destacó que el ELN no muestra voluntad de paz. Según la Defensoría, entre los muertos se incluyen siete firmantes de paz, además de reportes de secuestros y confinamientos en varias comunidades.
“Muchas personas, incluidos firmantes de paz, líderes sociales, y niños, enfrentan un alto riesgo de ser secuestradas o asesinadas por el ELN”, señaló el organismo.
Rivalidad en el Catatumbo: un territorio en disputa
El Catatumbo, una región fronteriza con Venezuela, ha sido históricamente un punto caliente de disputas territoriales entre diversos grupos armados. La zona es clave para economías ilícitas, como el narcotráfico, lo que la convierte en un área estratégica para el ELN, las disidencias de las FARC, como el Estado Mayor Central (EMC), y los grupos paramilitares.
El comandante del Ejército Nacional de Colombia, Luis Emilio Cardozo, describió la situación en Catatumbo como “muy crítica”, debido al “rompimiento” de la alianza entre el ELN y las disidencias de las FARC, lo que ha incrementado la violencia contra la población civil.
La violencia y el impacto en la población civil
La violencia se intensificó a partir del 15 de enero, cuando un grupo armado asesinó a un empleado funerario y su familia en la carretera entre Tibú y Cúcuta, cerca de la frontera con Venezuela. Aunque el ELN negó su responsabilidad en este hecho, poco después se desataron enfrentamientos en la región.
Cientos de militares han sido desplegados en el área para controlar la situación. El presidente Petro está evaluando medidas de emergencia, entre ellas, la declaración de un estado de conmoción interior, lo que otorgaría facultades extraordinarias al Ejecutivo para afrontar la crisis.
Con información de EFE.
Por: Yari Araujo
