A pesar de la recuperación económica en América Latina, la generación de empleo formal sigue siendo insuficiente, con altos niveles de informalidad laboral y bajos salarios en varios países, incluyendo República Dominicana, según el informe “Panorama Laboral 2024” de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El estudio señala que, aunque la región ha alcanzado niveles económicos previos a la pandemia, la calidad del empleo sigue rezagada. En República Dominicana, los salarios reales se han mantenido similares a los de 2019, lo que, sumado a la inflación, ha reducido el poder adquisitivo de los trabajadores.
Uno de los problemas más graves que destaca la OIT es la alta tasa de empleo informal, que deja a miles de trabajadores dominicanos sin acceso a seguridad social, salario mínimo ni estabilidad laboral. Esta situación afecta especialmente a los sectores de baja productividad, donde predominan los sueldos más bajos.
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Desigualdad salarial y empleo juvenil
El informe también alerta sobre la desigualdad salarial de género, un problema estructural en la región y en República Dominicana, donde las mujeres continúan ganando menos que los hombres por el mismo trabajo.
Otro desafío clave es el empleo juvenil. Aunque la tasa de desocupación juvenil ha disminuido en América Latina, sigue siendo casi tres veces mayor que la de los adultos. En el país, los jóvenes enfrentan dificultades para acceder a empleos bien remunerados, lo que limita su crecimiento profesional y movilidad social.
Proyecciones para 2025: necesidad de empleo formal
Para 2025, la OIT proyecta que la tasa de desempleo en América Latina se mantendrá entre 5.8% y 6.2%. Sin embargo, advierte que si no se impulsan políticas para la formalización laboral, la precariedad persistirá.
En el caso de República Dominicana, es fundamental fomentar la creación de empleos decentes, mejorar los salarios reales y garantizar acceso a seguridad social, de lo contrario, el crecimiento económico no se reflejará en una mejor calidad de vida para la mayoría de la población.
Por: Itzel Olivo