Por Israel Figueroa.- Este lunes a las 9 de la mañana la Oficina de Servicios de Atención Permanente del distrito judicial de La Vega conocerá la solicitud del Ministerio Público de prisión preventiva, como medida de coerción, contra la madre de 26 años acusada de causar quemaduras de segundo grado superficial y tercer grado contra su hijo de cuatro años.
“Me da golpes sin yo hacer nada, una vez me entró un lapicero en los oídos” ese testimonio es parte del documento de 24 páginas presentado por la Fiscalía de La Vega contra la madre, a la que acusa de tortura y barbarie por quemarle las manos a su hijo en la estufa y después echarle agua caliente.
Las quemaduras están localizadas en la mano derecha con un 1% y mano izquierda con un 2% con una afectación total de 3% de superficie corporal quemada. Así fue confirmado por un certificado médico expedido por la Dra. Yosdaly Guante, médico legista del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF).
“Encendió la estufa y procedió a colocar las manos de la victima en el fuego hasta que se les quemaran, no conforme con eso, procedió a echarle agua caliente en las manos, causándole daños” según establece la fiscalía.
La solicitud revela que el menor, luego de ser entrevistado por peritos, refirió que no desea vivir con su madre por lo que le hizo, quien también le agrede físicamente dándole golpes sin ningún motivo. El perito que le tomó la declaración al menor concluyó que la victima describió el hecho donde se evidencia la agresión física severa de parte de su madre y que el relato es coherente y creíble.
La calificación jurídica otorgada por el Ministerio Público en contra de la madre es la violación a los artículos 1, 2, 4 y 10, 309-2, 309 literal B del Código Penal Dominicano, este último modificado por la Ley 24-97, y los artículos 1, 12, 18, 396, literales A y B, y 397 de la Ley 136-06 sobre el Código del Menor, los cuales tipifican y sancionan la violencia intrafamiliar, actos de tortura y barbarie, violación de los derechos de los niños, niñas y adolescentes y el abuso físico y psicológico por parte de su responsable.
La denuncia fue puesta por el padre del menor, de 23 años.
