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La administración Trump sigue adelante con su plan de eliminar el sistema de tarifas por congestión de la ciudad de Nueva York, un controvertido programa diseñado para recaudar millones en fondos destinados a mejorar la infraestructura crítica de la ciudad.
En una carta dirigida a la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, el miércoles, el secretario de Transporte de Estados Unidos, Sean Duffy, informó que el Departamento de Transporte rescindiría el acuerdo, poniendo fin al sistema de peajes que entró en vigor a principios de este año.
La postura de Trump sobre el programa
“El plan de tarifas por congestión vehicular del estado de Nueva York es una bofetada a la clase trabajadora estadounidense y a los propietarios de pequeñas empresas”, expresó Duffy en la misiva. “Todos los estadounidenses deberían poder acceder a la ciudad de Nueva York independientemente de sus medios económicos. No debería estar reservada a unas pocas élites”.
El programa de peaje en Nueva York
Este programa, firmado originalmente el 21 de noviembre, implementaba un peaje de 9 dólares para los conductores que ingresaran a Manhattan al sur de la calle 60 durante las horas pico. La iniciativa, que se estaba preparando en la ciudad desde hace décadas, tenía como objetivo recaudar fondos para la infraestructura de transporte de la ciudad y aliviar la congestión en las calles más congestionadas de Nueva York.
Argumentos contra el programa
Duffy argumentó que el sistema de peaje contradice el programa federal de carreteras, que no permite cobrar peajes en autopistas construidas con fondos federales a menos que el Congreso conceda una exención. Además, destacó que los viajeros que usan estas autopistas ya contribuyen al financiamiento de su construcción a través de impuestos sobre la gasolina y otros tributos. En su opinión, el programa de peajes no ofrece alternativas viables para aquellos que dependen de los vehículos para ingresar a la ciudad.
Reacciones políticas y opositores
La oposición al programa generó complicaciones políticas para Hochul, quien inicialmente retrasó su implementación hasta después de las elecciones presidenciales, temerosa de que el peaje pudiera perjudicar a los demócratas en distritos en disputa fuera de la ciudad, donde el programa es impopular.
El presidente Trump, cuya residencia en Manhattan está dentro de la zona afectada por el peaje, también expresó su descontento con la medida, prometiendo eliminarla poco después de asumir el cargo.
Con información de New York Times.
Por: Yari Araujo