El presidente Donald Trump recibió en la Casa Blanca al presidente de Francia, Emmanuel Macron, en un contexto marcado por la creciente incertidumbre sobre el futuro de las relaciones transatlánticas.
En medio de este escenario, Trump continúa transformando la política exterior de Estados Unidos y busca poner fin rápidamente a la guerra de Rusia en Ucrania. Durante la misma semana, Trump también recibirá al primer ministro británico Keir Starmer, y ha expresado demandas territoriales sobre Groenlandia, Canadá, Gaza, y el Canal de Panamá, además de intereses en minerales raros en Ucrania.
Este encuentro tiene lugar un mes después del inicio del segundo mandato de Trump, quien sigue implementando su lema de “EE.UU. primero”. Este enfoque ha proyectado una sombra sobre las políticas globales que, según muchos diplomáticos y exfuncionarios, históricamente ofrecían estabilidad en el orden internacional tras la Segunda Guerra Mundial.
Te puede interesar: Tras restricciones de Trump, venezolanos solicitan vuelos humanitarios para regresar a su país desde México
La constante presencia de Estados Unidos en la diplomacia global está siendo puesta a prueba bajo el liderazgo de Trump, lo que podría cambiar el rumbo de políticas fundamentales en la ONU y en otros organismos internacionales. Ian Kelly, exembajador de EE. UU. en Georgia, expresó su preocupación por el impacto de las decisiones actuales, señalando que las políticas de defensa de Estados Unidos contra agresores podrían verse destruidas sin una adecuada reflexión.
El aniversario de la guerra en Ucrania marca también el inicio de estas visitas. Trump ha criticado fuertemente al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, acusándolo de no negociar un fin a la guerra y de rechazar propuestas de acuerdo que le otorguen a EE. UU. acceso a los valiosos minerales raros de Ucrania. Mientras tanto, la incertidumbre se intensifica con conversaciones preliminares entre funcionarios rusos y estadounidenses en Arabia Saudí, sin la presencia de representantes ucranianos o europeos.
El gobierno de Trump, por su parte, busca asegurar un acuerdo con Ucrania que vincule más estrechamente sus economías, algo que es visto como una amenaza por Rusia. En un intercambio reciente, Trump llamó a Zelenskyy “dictador”, ignorando el hecho de que fue Rusia quien invadió Ucrania en 2022. A pesar de esto, algunos analistas creen que confrontar a Trump podría no ser una estrategia efectiva para Zelenskyy.
La situación se complica aún más con la postura de Trump hacia Vladimir Putin. Aunque algunos temen que el enfoque de Trump hacia Rusia pueda generar desestabilización en Europa y en las relaciones con China, el presidente estadounidense ha mostrado un respeto considerable por el líder ruso, sugiriendo incluso que Rusia debería reincorporarse al G7, lo que generó controversia tras la anexión de Crimea en 2014.
Macron, por su parte, busca persuadir a Trump de que no se puede mostrar debilidad ante Putin, especialmente cuando se trata de mantener una postura firme en las negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania. También destacó que una política débil hacia Rusia podría afectar las relaciones de EE. UU. con China, el principal competidor económico y militar de Estados Unidos.
Este momento crucial en la diplomacia global podría tener consecuencias graves para la estabilidad internacional, ya que el enfoque de Trump sigue enfrentando resistencias, tanto dentro de Estados Unidos como en sus relaciones internacionales.
AP
Por: Itzel Olivo
