
El escenario se iluminó, la euforia creció y, puntual, Marco Antonio Solís apareció con su característico porte elegante. Vestido de negro y con una chaqueta blanca que resaltaba bajo las luces, saludó con la calidez que lo distingue.
“¡Buenas noches, mis hermanitos!”, exclamó con entusiasmo, y el público respondió con una ovación ensordecedora.
Desde el primer momento, el cantante estableció una conexión íntima con su audiencia, no solo con su voz, sino con sus palabras. A lo largo del concierto, compartió reflexiones sobre la vida, el éxito y la felicidad, dejando claro que su música no solo es sentimiento, sino también experiencia de vida.
“El éxito no está en lo material, sino en la paz con la que dormimos cada noche”, dijo en uno de sus momentos de conversación con el público.
Y como si cada historia tuviera su propia banda sonora, interpretó “El peor de mis fracasos”, desatando una ola de nostalgia y emoción.
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Historias, anécdotas y mucha energía en el escenario
Uno de los momentos más especiales de la noche fue cuando el artista decidió contar la historia detrás de algunas de sus canciones. Con un toque de humor, narró cómo surgieron ciertos temas que, aunque hablan de desamor, han sido inspirados en situaciones cotidianas.
El artista bromeó sobre una relación que sostuvo en el pasado donde su ex era la pareja perfecta la cual tenía como único defecto sus celos.
El espectáculo no solo fue emotivo, sino también dinámico. Marco Antonio Solís no se limitó a cantar: bailó, recorrió el escenario y con su carisma cautivó especialmente a las mujeres del público. Con movimientos elegantes y juguetones, hizo que muchas suspiraran, corearan su nombre y se entregaran aún más al momento.
Un repertorio que tocó el alma
Durante más de dos horas, el artista hizo un recorrido por su trayectoria con un setlist de 23 canciones. Temas como “Sin Pensarlo”, “Tu cárcel”, “Si no te hubieras ido” y “Dónde estará mi primavera” hicieron vibrar a la multitud, mientras que los duetos con su hija, Mar Solís, en “Vete, aléjate de mí” y “Extrañándote” añadieron un toque familiar y conmovedor a la noche.
Uno de los instantes más emotivos se vivió cuando interpretó “La Venia Bendita”, acompañado por un mariachi. La esencia de la música mexicana se hizo presente y el público, en pie, aplaudió con fervor.
Un cierre lleno de energía y gratitud
En un punto del concierto, Marco Antonio Solís levantó su copa y brindó con sus seguidores.
“Por el amor, por la vida y por el presente”, dijo, provocando una ovación que retumbó en todo el recinto.
El final llegó con “Más que tu amigo”, tema que hizo que la gente se pusiera de pie y convirtiera la despedida en una fiesta. Con una producción impecable, un público entregado y un artista que dejó el alma en el escenario, la noche quedó grabada en la memoria de todos.
Marco Antonio Solís no solo demostró por qué sigue siendo una leyenda de la música latina, sino que reafirmó algo aún más importante: su capacidad de emocionar, entretener y conectar con quienes han hecho de sus canciones parte de su vida.
Por: Jazmín Díaz