
La Casa Blanca negó que haya violado la orden del juez que dispone frenar de inmediato las deportaciones de presuntos pandilleros venezolanos a El Salvador, lo que, de ocurrir, acercaría al país al borde de una crisis constitucional en medio de los enfrentamientos legales de una administración con pretensiones de amasar un vasto poder presidencial.
El drama rodea a los migrantes venezolanos expulsados con el uso poco común de una ley del siglo XVIII, la Ley de Enemigos Extranjeros, otra decisión controvertida y que puede representar una extralimitación del presidente Donald Trump.