
La contaminación del río Masacre se ha convertido en un problema evidente, justo cuando el canal haitiano, motivo de tensiones diplomáticas entre Haití y República Dominicana, continúa operando sin control. En la ribera del afluente, el hedor es insoportable y el agua muestra claros signos de polución, mientras los soldados apostados en la zona permanecen inactivos frente a la gravedad del problema.
Durante una visita a la zona, se pudo constatar que el canal La Vigía, habilitado por el Gobierno dominicano como medida para preservar el agua destinada al riego agrícola, se encuentra en estado de abandono. Aunque se colocaron algunos tubos de concreto, los trabajos de construcción están paralizados y cerca de las 2:00 de la tarde no había obreros laborando en el lugar.
A pocos metros de las bombas inauguradas por las autoridades, opera una pollera que vierte sus aguas y desechos directamente al canal. Este foco de contaminación se suma a la acumulación de aguas negras y basura, incluidas botellas plásticas, en un entorno visiblemente descuidado, donde hace tiempo no se realiza una limpieza adecuada.
La escena se agrava con la presencia de mujeres haitianas que lavan ropa en el río y la tienden sobre la vegetación cercana al cauce, reflejando la falta de control y supervisión en el área.
Cabe recordar que la construcción del canal por parte de Haití provocó una crisis diplomática en 2023, que incluyó el cierre de la frontera y la suspensión del comercio binacional por parte de República Dominicana. Pese a reuniones entre ambos gobiernos, aún no existe un acuerdo sobre el uso del agua del río Masacre.
El alcalde de Dajabón, Santiago Riverón, expresó a Diario Libre que el conflicto por el canal se solucionó hace meses, aunque admitió que el cierre de la frontera dejó importantes pérdidas económicas. “Duramos cuatro meses con el comercio paralizado, lo que llevó a muchos comerciantes a la quiebra. Pero gracias a la intervención del gobierno, se destinaron más de 400 millones de pesos para evitar el colapso”, dijo Riverón.
El alcalde agregó que no mantiene comunicación con las autoridades haitianas sobre el tema del canal, aunque sí sobre el mercado binacional, el cual los haitianos desean reabrir, pero sin avances concretos hasta el momento.
Dajabón es una provincia clave en la frontera, con una economía que genera más de 1,000 millones de dólares al año mediante el comercio formal e informal con Haití. Sin embargo, la contaminación del río y el uso descontrolado de sus aguas amenazan la estabilidad de esta actividad económica.