
Santo Domingo, RD.- Adolfo Pérez De León, ingeniero industrial y director del Programa de Medicamentos Esenciales y Central de Apoyo Logístico (PROMESE/CAL), resaltó la integridad y valentía del periodista Orlando Martínez Howley, a 50 años de su asesinato.
“Hace cincuenta años, el 17 de marzo de 1975, fue asesinado Orlando Martínez Howley, un periodista valiente cuya voz desafió la brutalidad de la dictadura de los 12 años de Joaquín Balaguer. Su crimen fue ejercer el periodismo con integridad, denunciar las injusticias y hablar con claridad sobre la corrupción, la represión y los abusos de un régimen que sofocaba cualquier disidencia con balas y terror”, afirmó.
Pérez De León subrayó que Orlando Martínez no ha caído en el olvido, señalando que su muerte marcó a generaciones de dominicanos y lo convirtió en un símbolo de resistencia frente a la opresión.
“A medio siglo de su asesinato, su legado sigue vivo. La democracia no es un estado permanente, sino una conquista diaria”, añadió.
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El director de PROMESE/CAL subrayó que recordar a Orlando Martínez es más que un acto de homenaje; es una advertencia ante los peligros que acechan cuando el autoritarismo intenta resurgir.
“Hoy, a 50 años de su muerte, es fundamental recordar su historia, no solo como un acto de homenaje, sino como una advertencia ante los peligros que acechan”, afirmó.
Sostuvo que el asesinato de Orlando Martínez no fue un hecho aislado, sino parte de una persecución sistemática contra periodistas, sindicalistas, líderes estudiantiles y opositores políticos.
“Los 12 años de Balaguer (1966-1978) se construyeron sobre un aparato de terror, con ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y censura. Desde el poder, Balaguer gobernó con el respaldo de los remanentes del trujillismo, militares despiadados y una estructura represiva que eliminaba cualquier atisbo de resistencia. Las calles se convirtieron en escenarios de ejecuciones sumarias, la tortura y el exilio forzado fueron prácticas habituales. Quienes alzaban la voz eran silenciados”, comentó.
Recordó que Orlando Martínez, con su pluma afilada y su compromiso con la verdad, se convirtió en un blanco inevitable.
“Como director de la revista Ahora y columnista de El Nacional, escribía con un lenguaje directo, sin rodeos ni temor. Lo mataron, pero su palabra nunca fue silenciada. Medio siglo después, la República Dominicana ha cambiado profundamente. La represión sistemática de los 12 años de Balaguer es parte del pasado. El país ha consolidado un sistema democrático con instituciones más fuertes, un Estado de Derecho que permite el disenso y una prensa que, aunque con desafíos, disfruta de libertades impensables en aquella época. Hoy no existen escuadrones de la muerte ni censura de Estado, y el periodismo crítico no es castigado con ejecuciones sumarias. Sin embargo, eso no significa que la democracia sea invulnerable. El asesinato de Orlando Martínez nos recuerda que la intolerancia política, el abuso de poder y la tentación autoritaria nunca desaparecen completamente”, explicó.
Pérez De León añadió que los peligros para la democracia de hoy son distintos a los de 1975, pero igualmente reales. Destacó que la censura ha evolucionado y, ahora, no solo se enfrenta a un Estado represivo armado, sino a la manipulación de la información, las “Fake News”, la deslegitimación de la prensa y la creación de narrativas que normalizan la intolerancia.
“En América Latina, hemos visto cómo líderes con discursos populistas—tanto de izquierda como de derecha—han utilizado la democracia para llegar al poder y, una vez allí, socavarla desde sus entrañas. La criminalización de la protesta, el espionaje contra periodistas y el uso del miedo como herramienta política son señales preocupantes de un modelo que, si no se detiene, puede erosionar las libertades”, alertó.