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Los zapatos acolchados para correr son lo de hoy, pero no son infalibles

(Science Times)

Cualquiera que corra o sea espectador de carreras quizá se ha dado cuenta de que los zapatos para correr muy acolchados de plataforma se han vuelto casi omnipresentes. Sin embargo, correr con esos zapatos tan acolchados podría afectar la técnica y la condición de un corredor de manera sorprendente, de acuerdo con una serie de nuevos estudios de los zapatos para correr maximalistas y los atletas aficionados.

Estos estudios, entre los primeros en examinar la biomecánica de los corredores ordinarios que usan zapatos superacolchados, hallaron que algunos de ellos tienen un efecto de pronación y contacto más fuerte que los zapatos estándar. Los resultados tienen implicaciones para la comodidad y el riesgo de lesiones de los corredores, así como para nuestra opinión respecto a si estos modelos de suela gruesa, cada vez más populares, son adecuados para nosotros.

Los zapatos muy acolchados han remplazado en gran medida el calzado minimalista y el estilo “descalzo” que muchos de nosotros usábamos hace unos años. Se esperaba que esos modelos ligeros y poco acolchados nos permitieran correr de una manera más natural, lo cual reduciría el riesgo de lesiones. Sin embargo, algunos corredores se lastimaron usando zapatos minimalistas, y otros no disfrutaban la sensación demasiado ligera de los zapatos. Y así, como ocurre a menudo, el interés se volcó al otro extremo, el de los zapatos muy acolchados.

Se considera que estos zapatos maximalistas, que generalmente tienen entresuelas altas llenas de espuma (y a veces otros materiales de alta tecnología, como placas de fibra de carbono), son más cómodos, tienen menos probabilidad de provocar lesiones y, en el caso de algunos modelos, como los populares Nike Vaporfly, son más veloces que los zapatos menos acolchados, por lo que se han vuelto especialmente populares entre los atletas profesionales.

Sin embargo, algunos estudios han analizado los efectos de los zapatos maximalistas en la forma en que corren los atletas aficionados promedio. Así que, para los nuevos estudios, un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Oregon, campus Cascades, en Bend, Oregon, dio inicio a una serie de experimentos.

En el primero, publicado en 2018 en The Orthopaedic Journal of Sports Medicine, participaron quince corredoras. Los investigadores les dieron a las voluntarias zapatos para correr neutrales, con una cantidad promedio de acolchado en la entresuela, y zapatos maximalistas muy acolchados.

Las mujeres usaron ambos tipos de calzado y corrieron sobre placas de fuerza integradas a una pista larga, mientras los investigadores las filmaban usando tecnología de captura de movimientos. Inmediatamente después, las mujeres corrieron cinco kilómetros en una caminadora y después recorrieron la pista de nuevo.

Al comparar su técnica, los investigadores señalaron que, casi de manera uniforme, las mujeres aterrizaban con más fuerza al usar los zapatos maximalistas que con el par neutral, además de que la pronación era mayor —lo cual significa que sus tobillos giraban hacia adentro ligeramente— cuando despegaban los pies del suelo.

Esos cambios en la forma de correr podían aumentar el riesgo de lesiones, en caso de continuar. Sin embargo, ese estudio solo revisó un recorrido con cada tipo de zapato. Así que, para un estudio de seguimiento, publicado el año pasado en la revista American Journal of Sports Medicine, los investigadores hicieron que las corredoras de nuevo se desplazaran por las placas de fuerza usando zapatos neutrales y acolchados, pero después también las hicieron usar el par maximalista durante seis semanas de entrenamiento, antes de repetir las pruebas. Como sucedió antes, las corredoras tocaron el suelo con más fuerza y la pronación fue mayor al usar los zapatos maximalistas durante su primera visita al laboratorio. No obstante, esos cambios en el estilo de correr no se redujeron durante las seis semanas de entrenamiento. En efecto, las corredoras no se adaptaron a los zapatos. Siguieron golpeando con más fuerza el suelo y girando los tobillos un poco más al usar los zapatos con plataforma, a diferencia de lo que ocurría con los neutrales.

Finalmente, para el experimento relacionado más reciente, que se publicó en enero en la revista Journal of Science and Medicine in Sport, varios de los investigadores le pidieron a una compañía de zapatos (New Balance) que personalizara un par de sus zapatos neutrales, eliminando o agregando espuma, para que el mismo modelo pudiera servir como calzado minimalista, maximalista y neutral. Esos zapatos personalizados permitirían que los científicos se enfocaran de manera exclusiva en la influencia del acolchado en la técnica de los deportistas al correr.

Los investigadores después reunieron a un nuevo grupo de veinte corredores y corredoras aficionados, les dieron los zapatos personalizados y repitieron los procesos de las placas de fuerza y la captura de movimientos. Esta vez, pocos de los corredores golpearon el suelo con tanta fuerza al usar los zapatos maximalistas, pero la pronación siguió siendo mayor que con los otros modelos.

En general, los tres experimentos sugieren que el acolchado adicional sí afecta varios aspectos de la manera en que corremos, dijo J.J. Hannigan, actualmente profesor adjunto de quinesiología de la Universidad Estatal de San José, quien, junto con su asesora posdoctoral, Christine Pollard, y otros miembros de la Universidad Estatal de Oregon, participó como autor en cada uno de los estudios.

Específicamente, las suelas con plataforma de los zapatos maximalistas parecen afectar de manera sutil el equilibrio. “Si extiendes la altura de un zapato, la tendencia es que sea menos estable”, dijo Hannigan, por lo que es probable que aumenten el movimiento y la pronación del tobillo.

De igual manera, comentó, las capas adicionales de hule espuma aminoran la percepción del suelo, es decir, la percepción de nuestros cuerpos de dónde está el suelo. En ese caso, los músculos, el cerebro y el sistema nervioso quizá sean menos capaces de coordinar y anticipar de manera precisa cómo será la pisada al entrar en contacto con el suelo.

Sin embargo, ninguno de los estudios dio seguimiento a las lesiones de los corredores que usaron los zapatos maximalistas o los otros, así que los autores no saben si el acolchado adicional exacerba o reduce las probabilidades de lastimarse. Tampoco revisaron la velocidad al correr ni cómo se sentían los corredores con los zapatos gruesos, factores que pueden ser importantes al momento de elegir un zapato. Hannigan espera analizar algunos de esos datos en estudios próximos.

Por ahora, si te interesan los zapatos maximalistas, “visita una tienda para corredores y pruébalos antes de comprarlos”, comentó Hannigan, y comienza a entrenar con ellos poco a poco.

Corredores usando zapatos Nike Vaporfly en Berlín el 13 de septiembre de 2018. (Mustafah Abdulaziz/The New York Times)

c.2020 The New York Times Company

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