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Las medidas de confinamiento por la pandemia del coronavirus que han impuesto muchos gobiernos para frenar el contagio deja en evidencia, aún más, la desigualdad económica y social entre los ricos y pobres en el mundo.
En las villas de Argentina, las favelas de Brasil o sectores de Perú, Colombia y Ecuador, muchas personas en situación de pobreza, debido a sus condiciones de vida, no pueden seguir las normas de precaución y necesitan salir en busca de alimentos o a continuar trabajando.
En Colombia, grupos indígenas han alzado su voz ante la falta de alimentos e, incluso, agua durante el confinamiento al que están obligados. “Realmente es muy triste esa situación que están viviendo los pueblos indígenas el día de hoy”, señala una de las manifestantes, en una movilización en Bogotá, en medio de la cuarentena.
La joven explica que conoce de grupos indígenas “que se quieren ir a pie del territorio porque están aguantando hambre”; mientras, otros esperan a que llegue lo poco que les han ofrecido las autoridades.
Otro indígena de la etnia wayúu, en la comunidad Chiasaluu, corregimiento de Taguaira del municipio de Uribia, en el departamento de La Guajira, denunció que llevan más de una semana “cavando pozos artesanales” en búsqueda de agua y aún no encuentran.
“Tenemos conocimiento de la pandemia que hay, del covid-19, y las precauciones que nos dicen es que nos lavemos las manos con mucha frecuencia, pero cómo hacemos eso si no tenemos ni agua […], acá la necesidad más grande que hay es del agua”, señala otra denunciante.
La propia alta comisionada para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Michelle Bachelet, señaló que la pandemia del coronavirus tendrá un “costo desproporcionado para los pobres”.
Por ello, instó a los Gobiernos a garantizar la seguridad de los ingresos y el acceso a bienes y servicios esenciales, para así minimizar el crecimiento de las desigualdades.
El contraste con los ricos
Otra realidad la viven las personas de estratos sociales altos. Recientemente la presentadora de televisión estadounidense Ellen DeGeneres, en un video, dijo que “estar en cuarentena es como estar en la cárcel”.
De inmediato, llovieron las críticas. “La prisión de Ellen DeGeneres debe tener un arquitecto diferente al promedio de la prisión”, escribió alguien en Twitter, donde mostró una imagen de la casa de la presentadora, comparándola con una cárcel.
Entretanto, otro usuario señaló: “Esto es increíblemente tonto e insensible de Ellen, ya que las personas en prisión mueren de covid-19”.
Por otro lado, el productor de Hollywood David Geffen presumió en Instagram su estancia a bordo su megayate Rising Sun, que compró en el año 2010. “Aislado en Las Granadinas, evitando el virus. Espero que todos se mantengan a salvo”, escribió y también recibió críticas y cambió el estatus de su perfil a privado.
Implicaciones de la pandemia
El sociólogo José Antonio Egido, en entrevista con RT, señaló que con la pandemia del coronavirus no se está “ante un problema exclusivamente biológico, sino con unas implicaciones político-sociales-administrativas muy importantes”.
Además, explicó que “la desorganización de las autoridades, la falta de previsión, incluso, una cosa más antropológica, la falta de cultura colectiva, que se ha demostrado en China, inciden en que estas dificultades golpeen más o menos a determinadas clases sociales y a grupos étnicos vinculados a las clases sociales”.
Fuente: RT