Madrid,(EFE).-España inicia este lunes el fin gradual del confinamiento, con la apertura de pequeños comercios y establecimientos de hostelería aunque con limitaciones, en un proceso que se prolongará hasta finales de junio, según previsiones del Gobierno.
Después de siete semanas de dura reclusión en los hogares, la incidencia de la pandemia remite de manera progresiva y constante desde hace días.
Según los últimos datos oficiales, en España hay registrados 217.466 casos de COVID-19, 838 más en las últimas 24 horas, y 25.264 fallecidos, con 164 más en el último día, la cifra más baja desde hace mes y medio.
Desde este lunes podrán abrir pequeños comercios y establecimientos como librerías, mercerías y peluquerías, pero con cita previa, un aforo limitado y extremando las medidas de higiene y desinfección.
Hoy también se podrá ir a bares y restaurantes, pero solo para recoger comida, excepto en cuatro pequeñas islas de Canarias y Baleares, donde la remisión de la pandemia ha permitido abrir estos establecimientos, aunque controlando la afluencia.
Pero también comienzan a funcionar otros muchos centros de trabajo, por lo que, ante la previsión de que más ciudadanos salgan de sus casas para trabajar o adquirir servicios, desde este lunes también será obligatorio el uso de mascarillas en el transporte público.
Para asegurar el cumplimiento de esa obligación, el Gobierno distribuirá 15 millones de mascarillas, aunque estos dispositivos ya están ampliamente disponibles en farmacias y otros comercios.
Los españoles tuvieron este fin de semana un avance de la ansiada desescalada, ya que desde el sábado está permitido salir una hora al día a pasear o hacer deporte, con horarios separados para adultos, personas mayores y niños.
Sin embargo, pese a los buenos datos sobre la evolución de la pandemia y el inicio de la paulatina normalidad, la tensión política va en aumento y el Gobierno afronta continuas críticas a su gestión de esta crisis, tanto por parte de la oposición conservadora como de los grupos nacionalistas vascos y catalanes, sus habituales apoyos en el Parlamento.
El próximo reto que tendrá que afrontar el Ejecutivo de coalición progresista, presidido por el socialista Pedro Sánchez, será el próximo miércoles, cuando el Congreso debate una prórroga del estado de alarma, instrumento que permite las restricciones de la movilidad, y que está cuestionada por estos partidos.
Sin embargo, el Gobierno insiste en la necesidad de esa prórroga para poder controlar el plan de desescalada y evitar posibles rebrotes de la pandemia y que no hay “plan B”.