Haití anunció este lunes que se elevó a 11 el número de muertes por coronavirus y a 100 los casos confirmados en el país, mientras otros 1.026 son considerados sospechosos de estar infectados.
Un comunicado del Ministerio de Salud Pública haitiano afirmó que en las últimas 24 horas se registraron 12 nuevos casos y dos muertes a causa del COVID-19. La región de Delmas tiene 21 casos confirmados, seguida de Petion-ville con 16 y Puerto Príncipe con 14.
La mayoría de los casos sospechosos se reparten en los departamentos Oeste, con 714; Artibonite (64) y Noreste (57). De las 11 muertes, seis han ocurrido en el Departamento Oeste y 2 en el Noreste.
Las autoridades destacaron que 48 de los casos confirmados son importados y 52 de transmisión comunitaria. De los 100 casos confirmados, el 35 % son mujeres y el 65 % hombres.
“El Gobierno haitiano exige a todos los ciudadanos que lleven una mascarilla en los lugares públicos, a partir del lunes 11 de mayo de 2010”, anunció un comunicado firmado este domingo por el primer ministro haitiano, Joseph Jouthe.
Esta medida de lucha contra la propagación del COVID-19 concierne en particular a los empleados en el lugar de trabajo; los conductores de camiones, autobuses, taxis, motocicletas; los ciudadanos que circulan por las calles, las plazas públicas; los mercados; todas las personas que acuden a los hospitales, tiendas, bancos y otras instituciones públicas y privadas.
“Todo aquel que contravenga estas medidas será castigado de acuerdo con la ley”, dice la declaración, que recuerda la obligatoria de los tapabocas.
El Ministerio del Interior y de Justicia tiene instrucciones de hacer cumplir esta decisión, según el comunicado firmado por el jefe del Gabinete.
En el país más pobre de América el número de personas infectadas por el coronavirus está aumentando, mientras las poblaciones siguen siendo incrédulas y desconfiadas, negándose a creer en la existencia real de la enfermedad del virus, pesar de las campañas de sensibilización y las conferencias de prensa oficiales.
En los mercados y el transporte público, la gente sigue operando como si nada estuviera sucediendo. Muy pocas personas usan máscaras y no se respetan los principios de distanciamiento social. Desde hace algún tiempo, a pesar de la prohibición oficial de operar, ciertas iglesias siguen lo hacen en secreto.
Para algunos, el hecho de hacer obligatorio el uso de tapabocas puede ser visto como un gradual descontrol del país por parte de las autoridades. Esta decisión llegó unas semanas después de la reapertura de las fábricas de subcontratación con 60.000 trabajadores en todo el país.
Los epidemiólogos predicen que el pico de la enfermedad en Haití se producirá para finales de mayo o principios de junio próximo.