Entérate cómo se decide qué nombres ponerles a los huracanes y quién se encarga de eso.
Lo primero que debemos tener en cuenta antes de saber cómo se nombra a los huracanes, es saber cómo diferenciar a estos de los ciclones y tifones. En principio, una tormenta tropical tiene que superar los 119 kilómetros por hora para que sea considerado entre estos tres.
Estos son el mismos fenómeno solo que su denominación varía de acuerdo al lugar en el que se origine. Son llamados huracanes a los que se originan en el océano Atlántico y al noreste del océano Pacífico, tifones los que se originan al noroeste del Pacífico y ciclones lo que se originan al sur del Pacífico y en el océano Índico.
En las indias occidentales, durante cientos de años, los huracanes recibían nombres de santos. El huracán de 1825 llevó el nombre de “Santa Ana” y el de 1827 como “San Felipe”. Esto cambió en el siglo XX, cuando los meteorólogos empezaron a estudiar con profundidad los huracanes, así que les asignaban números de acuerdo a su latitud y longitud. Sin embargo, esto resultaba solo útil para ellos ya que el resto de la gente, difícilmente podría entenderlos.
Fue hasta 1950 que el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos que hicieron una lista en orden alfabético para nombrar a las tormentas que fue diseñado por el ejército de aquel país. Algunos de los nombres eran: Abble, Baker, Charlie, Dog, etc. Estos se repetían para todas las temporadas de huracanes.
En 1953, con el fin de evitar el uso repetitivo de los nombres de huracanes, se optó por nombrarlos con nombres de mujeres. El Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos decidió imitar este nombramiento para las tormentas que propusieron los meteorólogos navales. En 1979 incluyeron, además, nombres masculinos.
En la actualidad los encargados de colocar nombres a los huracanes son los miembros del Comité Internacional de la Organización Meteorológica Mundial. En el Atlántico hay una lista de nombres que se repite cada 6 años, por lo que la de este año será la misma que la del año 2024. En esta lista solo hay cambios cuando un huracán es muy devastador, por lo cual su nombre no vuelve a aparecer como en el caso de Katrina, Harvey y muy probablemente Florence.
En el caso de tifones y ciclones hay un proceso similar. Hay una secuencia de nombres establecidos y otro que se retiran por la gravedad de la tormenta.