Más de 17.000 niños, niñas y adolescentes fueron víctimas de agresión o explotación sexual en Brasil en 2019, informó este jueves el Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos.
La cartera señaló, no obstante, que las cifras pueden ser mayores por el alto número de casos que no son denunciados, algo que prende las alarmas en plena crisis por la pandemia del COVID-19, ya que las medidas de aislamiento social para frenar la propagación del virus pueden aumentar las ocurrencias.
El informe del Gobierno mostró que el 73 % de los ataques sexuales a menores ocurre en los propios hogares, donde en el 40 % de las veces las víctimas fueron abusados por alguno de sus padres o padrastros.
Mientras que la mayoría de los agresores son hombres (87 %) entre los 25 y 40 años de edad (62 %), la mayoría de las víctimas oscila entre los 12 y los 17 años (46 %).
Según el ministerio, los más de 17.000 casos de violaciones sexuales registrados el año pasado a menores incluyen las ocurrencias por abuso y por explotación, entendida esta última como aquella en donde se obtiene un beneficio económico.
Los datos fueron analizados con base en las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos en Brasil registradas el año pasado a través de canales telefónicos gratuitos distribuidos por el Gobierno en todo el territorio nacional.
De las más de 159.000 denuncias registradas en 2019, cerca del 55 % está relacionada con violaciones a los derechos de niños, niñas o adolescentes, lo que supone un aumento del 14 % en comparación con 2018.
La negligencia (39 %), la violencia psicológica (23 %), física (17 %), patrimonial (8 %), sexual (6 %) e institucional (5 %) juntas representan casi el 100 % de las violaciones totales.
Si bien los datos dan un panorama sobre la violación de los derechos de niños, niñas y adolescentes en el gigante sudamericano, no reflejan la realidad que se vive en el país.
De acuerdo con el Ministerio, existe subnotificación de los casos y especialmente en los relacionados con violencia sexual, que suceden después de otras violaciones como la negligencia, la violencia psicológica y física.
“Los otros tipos de violaciones son claramente visibles. La violencia sexual no lo es. La mayoría de las veces es silenciosa”, señaló la ministra Damares Alves durante la presentación del informe.
El estudio reiteró un dato ya conocido: en la mayoría de los casos el agresor es alguien que vive con la víctima, generalmente parientes cercanos como padres, hermanos o tíos.
A la madre se le atribuye el 40 % de los casos de violaciones a los derechos de los niños y es también a quien más se le imputan las ocurrencias relacionadas con negligencia.
Le siguen el padre (18 %) y el padrastro (6 %). Un 3 % de los casos es atribuido a un tío o tía.
Las víctimas, en su mayoría, continúan siendo las niñas y adolescentes, con un 55 % de los casos registrados, frente al 45 % de las ocurrencias perpetradas a menores de sexo masculino.
Según el análisis, las regiones más pobladas del país lideran la lista de violaciones a derechos de niños, niñas y adolescentes.
Sao Paulo, el estado más rico y poblado de Brasil, con 46 millones de habitantes, registró 20.400 denuncias, seguido de Minas Gerais (10.600), Río de Janeiro (9.000) y Bahía (4.500).
Fuente: EFE