Caracas, 27 EFE.- La oposición venezolana plantó cara al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que la víspera anuló la presidencia de Juan Guaidó al frente del Parlamento, y ratificó este miércoles al opositor como su líder y jefe del Poder Legislativo en medio de una nueva oleada de tensión política en el país suramericano.
A través de un comunicado y sin que el líder opositor apareciese en público en toda la jornada, la Consultoría Jurídica del Parlamento aseguró que en la sentencia publicada el martes por el TSJ “no existe nada que pueda desvirtuar lo que efectivamente ocurrió”, en alusión a la reelección de Guaidó como jefe parlamentario el 5 de enero pasado.
Ese día, Guaidó y varias decenas de diputados que le respaldan fueron bloqueados por la policía militarizada y no pudieron ingresar al Parlamento. Minutos después, el disidente de la oposición Luis Parra aseguró haber sido elegido al frente de la cámara con el respaldo del chavismo, que gobierna Venezuela desde 1999.
Así, Parra fue investido como jefe de la Cámara en una accidentada sesión que no contempló ninguna votación personalizada y cuyas actas jamás fueron publicadas.
Pero durante la noche de ese 5 de enero, Guaidó recibió el apoyo de 100 de los 165 diputados en una improvisada sesión en la sede del diario El Nacional y juró por otro año como líder del Legislativo.
UN CARGO COMO BASE INSTITUCIONAL
El cargo cobra importancia puesto que sirve a Guaidó como base institucional para el reclamo de la presidencia interina que hiciera en enero de 2019, luego de no reconocer la legitimidad del mandatario Nicolás Maduro y con base en la interpretación que hizo de varios artículos de la Constitución.
“En Venezuela no hay TSJ”, dijo hoy en un vídeo divulgado en sus redes sociales el primer vicepresidente de la directiva que comanda Guaidó, Juan Pablo Guanipa. “Esta dictadura ha destruido la institucionalidad y ha puesto a su servicio hasta a la administración de justicia”, añadió.
El fallo del Supremo también establece que cualquier persona pública o privada “que preste o ceda espacio” para la instalación de un parlamento paralelo o virtual -en alusión al que preside Guaidó cada semana- “será considerado en desacato, y cualquier acto ejercido como tal es nulo”.
Al respecto, Guanipa dijo que la decisión busca “perseguir diputados, proscribir partidos políticos e instaurar un régimen totalitario” en Venezuela.
“La única Asamblea Nacional (Parlamento) es la integrada por diputados electos por los ciudadanos, es la presidida por Juan Guaidó (…), esta Asamblea sesiona todas las semanas y lo seguirá haciendo (…), nos toca intensificar la lucha”, insistió.
POCO RESPALDO CIUDADANO
El fallo del Supremo ocurre cuando Guaidó, a quien medio centenar de países reconocen como presidente interino de Venezuela, vive horas bajas tras dos fallidas incursiones armadas con las que el Gobierno vincula a la oposición.
Además, el líder opositor tiene cerca de 80 días sin liderar concentraciones de calle, producto del confinamiento por la pandemia.
Asimismo, ha sido poco el apoyo que los opositores a Maduro -más preocupados por sobrevivir al nuevo coronavirus y sortear la grave escasez de gasolina que atraviesa el país- han mostrado a Guaidó tras esta nueva iniciativa judicial en su contra.
“En una sociedad de sobrevivientes es muy difícil que se logren articular iniciativas para propósitos colectivos”, dijo en este sentido a Efe la analista venezolana Giovanna de Michele. “En una sociedad de sobrevivientes, cada quien está pensando en su propia sobrevivencia”, prosiguió.
De Michele también dijo que el fallo del TSJ termina de quemar los últimos puentes entre el chavismo y la oposición, que en las últimas semanas habían coincidido en la necesidad de renovar el ente electoral de cara a los venideros comicios parlamentarios, que deberían celebrarse este año.
“Desde el punto de vista político, es una decisión que minimiza la posibilidad de llegar a acuerdos (…), se está truncando cualquier eventual acercamiento” dentro del Parlamento, explicó.
De igual forma, consideró que el TSJ cercenó “la posibilidad de reconocimiento de la oposición”, lo que consideró como un “atentado a la democracia”, una forma de gobierno que, consideró, “debe partir de la base del reconocimiento de la disidencia”.
UN PARLAMENTO A FAVOR DE MADURO
Pero el experto político Dimitris Pantoulas dijo a Efe que, más que reconocer a sus detractores, el chavismo persigue “terminar” con un Parlamento liderado por opositores.
“Maduro formaliza la decisión que se tomó el año pasado: tener un Parlamento a su favor”, apuntó en relación a una supuesta operación de compra de diputados para evitar que Guaidó fuera electo de nuevo como líder del Legislativo, y que la oposición denunció a principios de año.
Según Pantoulas, la oposición podría tener en el futuro cercano un rol “más pequeño”, en vista de la caída de la popularidad de Guaidó.
Y con este panorama, el analista no ve posible un acercamiento de posturas entre los bandos en disputa en Venezuela, menos después de los ataques marítimos fallidos que dejaron 8 muertos.
“El chavismo entendió que no puede hacer ningún tipo de negociación con la oposición, y también parece la que la oposición no quiere hacer ningún tipo de negociación con Maduro”, dijo.