La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) revocó su autorización de emergencia para los medicamentos contra la malaria que habían sido promocionados por Donald Trump para el tratamiento de COVID-19 en medio de la creciente evidencia de que no funcionan y podrían causar efectos secundarios mortales.
La agencia dijo el lunes que es poco probable que los medicamentos hidroxicloroquina y cloroquina sean eficaces para tratar el coronavirus. Citando informes de complicaciones cardíacas, la FDA dijo que los medicamentos representan un mayor riesgo para los pacientes que cualquier beneficio potencial.
Estos medicamentos, que tienen décadas de antigüedad y que también se recetan para el lupus y la artritis reumatoide, pueden causar problemas de ritmo cardíaco, presión arterial gravemente baja y daños musculares o nerviosos.
La medida significa que los envíos de los medicamentos obtenidos por el gobierno federal ya no se distribuirán a las autoridades sanitarias estatales y locales. Los medicamentos siguen estando disponibles para usos alternativos, por lo que los médicos de EEUU todavía podrían prescribirlos para COVID-19, una práctica conocida como prescripción fuera de etiqueta.
El jueves, un panel de expertos de los Institutos Nacionales de Salud revisó sus directrices para recomendar específicamente contra el uso de la droga excepto en estudios formales. Trump había impulsado agresivamente el inicio de la droga en las primeras semanas del brote y sorprendió a los profesionales médicos cuando reveló que tomó la droga preventivamente contra la infección.
Ambas moléculas, conocidas y poco costosas, han suscitado muchas esperanzas, sobre todo en África. Pero están lejos de ser las únicas en ser probadas. Más de 800 ensayos clínicos buscan evaluar decenas de tratamientos potenciales.
Prohibida en algunos países, fomentada en otros. El mundo está cada vez más dividido ante el uso de la hidroxicloroquina para tratar el nuevo coronavirus, desde la publicación de un cuestionado estudio que considera la molécula ineficaz e incluso nefasta.
El estudio, publicado el 22 de mayo en la revista científica The Lancet, concluye que la hidroxicloroquina (HCQ), un derivado de la cloroquina para combatir el paludismo, no es eficaz contra la covid-19 y aumenta el riesgo de muerte y de arritmia cardíaca. La metodología del estudio fue sin embargo puesta en duda por una parte de la comunidad científica. Los métodos de los anteriores estudios que destacaban su eficacia también habían sido criticados.
La cloroquina, sobre todo, pero también la hidroxicloroquina, son medicamentos cuyos efectos secundarios pueden ser importantes e incluso graves.
La agencia francesa del medicamento ANSM advirtió especialmente de los riesgos cardíacos asociados a la combinación de HCQ y azitromicina.
El organismo sueco de control de medicamentos prohibió, el 2 de abril, la prescripción de cloroquina e hidroxicloroquina para la covid-19 por falta de datos suficientes sobre su seguridad.
Debido a que los conocimientos son demasiado limitados, la Agencia Europea del Medicamento considera que estos medicamentos sólo deberían “utilizarse para ensayos clínicos o programas de emergencia”, en el marco de protocolos estrictos validados en cada país.