Ningún país está encaminado a detener el aumento de la obesidad en adultos para 2025, una de las metas adoptadas en 2013 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para prevenir las enfermedades no transmisibles.
Así lo recoge el último Informe de la nutrición global, difundido hoy por un grupo de expertos independientes internacionales, que tras evaluar los datos de 194 países llegó a la conclusión de que el nivel de malnutrición es “inaceptablemente alto” y “un problema universal que ningún país puede pasar por alto”.
La directora del Centro de investigación de ambientes alimentarios y prevención de enfermedades crónicas asociadas a la nutrición (CIAPEC) de la Universidad de Chile, Camila Corvalán, subrayó que “ha tomado demasiado tiempo implementar acciones y originalmente ha costado darse cuenta de que había una epidemia”, en declaraciones a Efe por internet.
Según el informe, casi la mitad de los países (94) va camino de cumplir al menos una de las nueve metas en nutrición que entre 2012 y 2013 fijó la OMS a nivel global para 2025.
Ningún país está avanzando lo suficiente para lograr detener la obesidad en adultos para esa fecha, así como tampoco ninguno se aproxima a cumplir los nueve objetivos, que incluyen la reducción de la malnutrición infantil, la anemia en mujeres y el consumo de sal.
Además, 124 países experimentan más de una forma de malnutrición, entre los que hay 41 con altos niveles de los tres tipos (desnutrición, sobrepeso y carencia de micronutrientes).
En el mundo un tercio de las mujeres en edad reproductiva están anémicas, uno de cada cuatro adultos sufre sobrepeso u obesidad (unos 2.000 millones en total), y unos 20 millones de niños nacen cada año bajos de peso, resalta el informe.
Corvalán, que pertenece al comité de expertos, aseguró que, pese a esos datos, “aparecen algunas señales que muestran que eso debiera cambiar en el mediano o corto plazo” y que “hay más evidencias de acciones y políticas que están mostrando resultados”.
En concreto, mencionó la tasa a las bebidas azucaradas introducida en México en 2014, que según una evaluación contribuyó a hacer caer sus ventas el 7,6 % de media en los dos años siguientes, o un programa de salud en la ciudad holandesa de Ámsterdam, donde se ha conseguido reducir el sobrepeso infantil.
Se estima que la malnutrición en todas sus formas cuesta hasta 3,5 billones de dólares anuales, de los que 500.000 millones se deben solo al sobrepeso y a la obesidad, problemas que contribuyeron a cuatro millones de fallecimientos en 2015, según cifras recogidas por el estudio, que detalla que un 45 % de las muertes de menores de cinco años son por desnutrición.