Nueva York,(EFE).-Unas 690,000 personas fallecieron de sida y enfermedades relacionadas en 2019, la menor cifra de la pasada década según un informe presentado este lunes por Naciones Unidas que, sin embargo, advierte de que la cifra de decesos podría dispararse este año como consecuencia indirecta de la pandemia de COVID-19.
La interrupción de tratamientos y el acceso más difícil a los antirretrovirales por los confinamientos y cierres de fronteras durante la pandemia podrían causar hasta medio millón de muertes anuales adicionales, advierte el informe publicado hoy por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida)
Casi 40 millones de infectados en el mundo
El informe señala que en 2019 hubo 1,7 millones de nuevas infecciones de VIH, una cifra similar a la de 2018, por lo que el total de personas que viven con el virus causante del sida ascendió a 38 millones, de los que más de 25 millones son habitantes del continente africano.
De los nuevos casos diagnosticados, 730.000 se dieron en África Oriental y Meridional, 300.000 en Asia-Pacífico, 240.000 en África Occidental y Central y 120.000 en Latinoamérica, donde el número de personas con VIH asciende actualmente a 2,1 millones.
Mientras en África del sur y oriental, el área más afectada por el sida, las infecciones anuales de VIH se han reducido un 38 por ciento en la pasada década, ha habido un alarmante aumento del 72 por cien en los contagios en Europa Oriental y Asia Central, y también un notable crecimiento del 21 por cien en Latinoamérica.
Respecto a las muertes en 2019, 440.000 se registraron en el África subsahariana, 160.000 en Asia-Pacífico, 37.000 en América Latina y 35.000 en Europa Oriental y Asia Central, mientras que en Europa Occidental y Norteamérica, donde 2,2 millones de personas viven con el virus VIH, se produjeron 12.000 decesos.
El pico de la epidemia se registro hace dos décadas
Las estadísticas muestran que las nuevas infecciones anuales de VIH se han reducido un 40 por ciento desde el pico alcanzado en 1998, cuando los casos anuales eran unos 2,8 millones, mientras que las muertes han caído un 60 por ciento respecto al año con mayores fallecimientos, que fue 2004 con 1,7 millones.
El informe muestra “progresos notables pero desiguales” en el acceso a las terapias antirretrovirales, a las que tienen acceso unas 25,4 millones de personas (dos de cada tres personas que viven con el VIH)
“Se requiere de una acción decisiva todos los días en la próxima década para que el mundo vuelva a su camino y se pueda poner fin a la epidemia de sida hacia 2030”, concluyó al presentar el informe la directora ejecutiva de Onusida, Winnie Byanyima.
Los grupos de riesgo no varían
Grupos de riesgo como el colectivo homosexual masculino, trabajadoras sexuales, presos o personas que consumen heroína y otras drogas por vía sanguínea siguen concentrando alrededor del 62 por ciento de las nuevas infecciones, indica el estudio anual.
También se señala que la tuberculosis continúa siendo la principal causa de muerte entre las personas con VIH, ya que representa alrededor de uno de cada tres decesos en estas personas, mientras que casi uno de cada 10 fallecidos con tuberculosis es portador del virus.
Onusida advierte por otro lado que la financiación global contra esta epidemia ha caído un 7 por ciento (asciende actualmente a 18.600 millones de dólares, o 16.400 millones de euros) y ahora es un 30 por ciento inferior al mínimo necesario para responder de forma eficaz a esta enfermedad, situación que podría empeorar con la pandemia.
“No podemos quitar dinero a la lucha contra una enfermedad para tratar otra. Tanto los esfuerzos contra el VIH como contra la COVID-19 deben ser completamente financiados si queremos evitar grandes pérdidas en vidas”, declaró al respecto Byanyima.
La agencia de Naciones Unidas estima que desde el comienzo de la epidemia de VIH/sida unos 75,7 millones de personas han contraído el virus y unos 32,7 millones fallecieron de enfermedades relacionadas.