Sao Paulo, EFE.- El Gobierno de Brasil elevó este miércoles hasta 787.449 millones de reales (unos 154.000 millones de dólares) su pronóstico para el déficit primario en el presupuesto de este año, frente a los 540.533 millones de reales (105.655 millones de dólares) que había proyectado en mayo.
El déficit primario se produce cuando los gastos del Gobierno superan los ingresos derivados de impuestos y contribuciones, aunque no incluye los gastos destinados al pago de los intereses de la deuda pública.
La nueva proyección consta en el Informe Bimestral de Evaluación de Ingresos y Gastos del Ministerio de Economía, divulgado este miércoles, y, si confirmada, será el peor resultado desde 1997, cuando el Tesoro Nacional dio inicio a la serie histórica.
El agujero esperado en las cuentas públicas obedece a la aprobación de créditos extraordinarios y a la caída en la recaudación estatal experimentada en medio de la crisis provocada por el nuevo coronavirus en Brasil, el segundo país del mundo más castigado por la pandemia por detrás de Estados Unidos.
Asimismo, la cartera proyecta una caída en la recaudación de impuestos debido a la fuerte retracción en la economía brasileña.
Para este año, el Gobierno brasileño tenía la autorización del Parlamento para registrar un déficit primario de hasta 124.100 millones de reales (24.257 millones de dólares), pero ya no está obligado a cumplir esta meta debido al estado de calamidad pública decretado ante la emergencia del coronavirus.
Según el Ministerio de Economía, el fuerte aumento en los gastos del Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro se dio sobre todo en los aportes destinados a las acciones de salud para combatir el avance del COVID-19 y a las medidas para evitar el aumento del desempleo, en un intento de mitigar los impactos económicos de la crisis sanitaria.
En cuanto a los ingresos primarios para 2020, el Ministerio mantuvo prácticamente sin cambios su estimación y espera recaudar alrededor de 1.200 millones de reales (235 millones de dólares).
Para los cálculos, la cartera consideró que Brasil cerrará 2020 con una retracción de un 4,7 % en su Producto Interior Bruto (PIB), conforme la estimativa divulgada por el Gobierno la pasada semana.
Las proyecciones gubernamentales son bastante más optimistas que las de los analistas del mercado financiero, que calculan una contracción del 6,1 %, y las del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI), que pronostican un desplome del 8 % y del 9,1 %, respectivamente, del PIB de la mayor economía de Sudamérica.