Ya es oficial. Ronald Koeman (57 años) es el nuevo entrenador del FC Barcelona después de que esta mañana los abogados del técnico y los del Barcelona hayan acabado de redactar los contratos. Koeman firma por dos temporadas, hasta el 30 de junio del 2022.
Koeman se ha desvinculado de la Federación Holandesa, con la que tenía contrato también hasta 2022. Para ello, el Barça ha debido pagar una indemnización de unos cinco millones de euros. En ese sentido, el técnico ha decidido sacrificar parte de su salario para ayudar al Barça a afrontar ese pago.
Ronald Koeman cumple uno de los sueños de su vida: entrenar al equipo en el que triunfó como jugador a las órdenes de Johan Cruyff y en el que tocó la gloria al conseguir en la final de Wembley-92 el gol decisivo para que el Barça alzase su primera Copa de Europa. Un tanto en la prórroga que rompió la maldición del club en la máxima competición europea.
Koeman tiene una dilatada experiencia como entrenador, ya que aparte de ser seleccionador holandés ha dirigido a Ajax, Benfica, PSV Eindhoven, Valencia, AZ Alkmaar, Feyenoord, Southampton y Everton.
El Barça hace oficial a Koeman
El héroe de Wembley es un técnico influido por la escuela holandesa de fútbol total y por las enseñanzas de Johan Cruyff, del que fue mariscal de campo en el Barça jugando de defensa libre. Era un defensor ofensivo, que se caracterizaba por sus grandes pases en diagonal, sus disparos terroríficos desde fuera del área y su efectividad desde el punto de penalti, donde no fallaba casi ninguno. Como técnico quiere un juego dominante y de posesión, presionante sobre el rival, pero sin desatender los deberes defensivos, dado que esa era la base de su juego como futbolista.
Exigente, duro y afable
A nivel de carácter, es recto y duro a la hora de exigir responsabilidades y obligaciones, pero afable en el trato con el jugador si es profesional y cumple con sus consignas. Y como se vio en el Valencia, si alguno se pasa de la raya no tiene contemplaciones: no le tiembla el pulso y lo aparte del grupo para proteger al colectivo de actitudes tóxicas, como se vio con Cañizares, Angulo y Albelda.