Decenas de miles de estadounidenses abandonan este miércoles el litoral de Texas y Luisiana ante la amenaza de “catastróficas” inundaciones que podría causar en las próximas horas el huracán Laura de categoría 4, que se aproximará a la costa con vientos de cerca de 230 kilómetros por hora.
Una de las áreas pronosticadas para recibir el mayor impacto de los vientos huracanados de Laura es la ciudad de Lake Charles (Luisiana), uno de los centros industriales más importantes del estado y de la región, ubicado en la franja costera al este del estado y fronteriza con Texas.
El gobernador de ese estado, John Bel Edwards, urgió este miércoles a los residentes de esa ciudad y de las localidades aledañas a acatar todas las órdenes de evacuación “para evitar desgracias mayores como ha ocurrido” en el pasado.
“Estamos frente a un huracán poderoso que podría ocasionar daños devastadores como el que nos dejó hace 15 años la llegada del huracán Rita”, indicó Edwards, quien calculó que son cerca de 200.000 los residentes que se encuentran en la zona de evacuación obligatoria.
Edwards mostró su preocupación por la información dada a conocer por el Centro Nacional de Huracanes (NHC), que pronosticó una marejada ciclónica que alcanzaría los 6 metros de alto (20 pies) y cuyas aguas penetrarían hasta unos 50 kilómetros (30 millas) tierra adentro.
“Mi temor es que por la tarde no podamos organizarnos para realizar más evacuaciones y rescates”, dijo Edwards en entrevista con la cadena The Weather Channel.
El último boletín del NHC indica que a las 14.00 hora local (18.00 GMT), el ojo de Laura fue localizado a 320 km (200 m) al sur-sureste de Lake Charles (Luisiana), y a la misma distancia al sur-sureste de Port Arthur (Texas).
“Laura se ha convertido en un huracán de categoría 4 extremadamente peligroso con marejada catastrófica, vientos extremos e inundaciones repentinas en la costa noroeste del Golfo (de México) esta noche”, advirtió el observatorio.
“Queda poco tiempo para proteger la vida y las propiedades”, añadió en su boletín.
Laura se está moviendo hacia el noroeste y a través del Golfo de México a 26 km/h (16 m/ph). Un giro gradual hacia el norte-noroeste y el norte se espera en el transcurso de esta jornada.
Se prevé que el centro de Laura se traslade hacia el noroeste de Louisiana mañana jueves, a lo largo de Arkansas también el jueves por la noche, y sobre la mitad del valle de Mississippi el viernes.
Además, se pronóstica que Laura siga siendo un huracán mayor hasta que toque tierra esta noche.
SUPENDEN CLASES
Mientras tanto, se calcula que en Texas cerca de 300.000 personas en la zona de impacto de Laura deberán evacuar en las próximas horas y dirigirse a los albergues ubicados en las ciudades de Austin, San Antonio y Dallas, entre otras.
Galveston, por ejemplo, fue una de las primeras en emitir una orden de evacuación obligatoria, así como suspender las clases escolares y universitarias y hasta imponer toque de queda con penas de hasta 1.000 dólares de multa para los infractores.
Desde las primeras horas del martes, Galveston puso a disposición una flota de 50 autobuses para evacuar de forma obligatoria a la población más vulnerable.
El alcalde de esa ciudad, James D. Yarbrough, informó de que todos los negocios en el centro histórico, una de las zonas con mayores probabilidades de sufrir inundaciones, ya han tomado las precauciones necesarias y han “abandonado la isla”.
“Nos hemos estado preparando desde hace cuatro días para enfrentar lo que ahora se ha convertido esta tormenta: en un huracán de alta intensidad”, señaló Yarbrough en conferencia de prensa.
Otras de las ciudades que impuso la evacuación obligatoria es Port Arthur (Texas), cerca de la frontera con Luisiana.
Su alcalde, Thurman Bartie, urgió también a sus residentes a que “apuren el paso” y traten de abandonar la ciudad antes del mediodía de este miércoles.
“Los que buscan refugio y están evacuando deben pensar en llevar lo necesario para pasar al menos cinco a seis días fuera de sus casas en caso de que la tormenta nos golpee como está pronosticado”, señaló Bartie.
Sylvester Turner, alcalde de Houston (Texas), la cuarta ciudad más populosa de EE.UU., fue otro de los funcionarios que pidió a los residentes en la zona costera con orden de evacuación a que sigan los protocolos definidos en caso de emergencia.
“Estamos ante un posible evento catastrófico y debemos tomarlo con la seriedad que se merece. Todos deben mantenerse en sus casas y fuera de las autopistas para las 8 de esta noche”, urgió Turner, cuya población es la más golpeada del estado por la pandemia del coronavirus.
Greg Abbott, gobernador de Texas, ha emitido hasta el momento declaraciones de desastre en cerca de 60 condados.
En las últimas conferencias de prensa, Abbott ha hecho mención del paso devastador del huracán Harvey hace solo tres años, y de los daños que dejó a su paso el huracán Ike y Katrina, del que en estos días se cumplen quince años de la devastación que dejó en Nueva Orleans, con cerca de 1.800 muertos.
“Todo lo material es reemplazable, menos la vida de uno”, subrayó el mandatario, que ha insistido en la fiereza de Laura, cuyos vientos huracanados se sienten hasta 70 millas (110 km) desde su centro.
Fuente: EFE