Quito, EFE.- Ecuador registra hasta este jueves 116.360 positivos y 6.648 decesos confirmados por COVID-19, mientras que los fallecimientos probables por la enfermedad suman 3.751, de acuerdo con el parte diario emitido por el Ministerio de Salud Pública.
Esos datos suponen 903 nuevos casos de contagio adicional en las últimas veinticuatro horas, así como 29 nuevos decesos confirmados por la enfermedad.
Desde que se detectó el primer caso en el país, el 29 de febrero, se han practicado un total de 340.207 pruebas, entre PCR y rápidas, con las que se descartaron 169.852 casos.
De las 24 provincias del país, la incidencia de la pandemia es mayor en la de Pichincha -cuya capital es Quito- que sigue aglutinando la cifra más numerosa de casos, 24.563, 232 nuevos respecto a la víspera.
Le sigue la de Guayas -con Guayaquil de cabecera- que cuenta 18.954, es decir 53 más que ayer.
Por ciudades, Quito suma 22.158 positivos y Guayaquil 12.890.
Otras de las provincias que acumulan más de 3.000 casos confirmados de coronavirus son Manabí, con 8.682, Azuay (5.878), Santo Domingo de los Tsáchilas (4.552), El Oro (4.510), Loja (4.569), Esmeraldas (3.563), Tungurahua (3.490), y Los Ríos (3.290).
La insular de Galápagos, situada a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas, registra 109 positivos.
De acuerdo al reporte del Ministerio de Salud, 861 personas están hospitalizadas por la enfermedad en condiciones estables, y otras 355 con pronóstico reservado.
Ecuador se encuentra desde el 16 de marzo en estado de excepción, aunque a finales de mayo comenzó la reactivación más por necesidad económica que por una mejora sanitaria.
El miércoles pasado el Gobierno anunció que, por disposición judicial, el próximo 14 de septiembre terminará el estado de excepción que iba renovándose primero bimensualmente y después cada 30 días.
Las autoridades ecuatorianas deberán plantearse por ello cómo mantener el distanciamiento social sin la posibilidad de poder establecer un régimen legal especial que permitía medidas como las de restringir la libertad de movimiento y de concentración.