Una triste historia marca una vez más el oscuro destino que enfrentan miles de inmigrantes deportados de vuelta a la violencia de centroamérica.
Nelson Espinal, un inmirante hondureño que huyó de la violencia en su país de origen terminó acribillado por unos sicarios tras su regreso a Tegucigalpa luego de que el gobierno de EEUU le negara el asilo político.
El hombre de 28 años recibió 15 disparos que le causaron la muerte este martes por la noche.
Espinal fue uno de los primeros en unirse a la Caravan Migrante que partió de San Pedro Sula el pasado 13 de octubre y cruzó a Guatemala antes de que el gobierno mexicano abriera sus puertas fronterizas, reporto el diario local Proceso Digital.
Espinal fue detenido después de cruzar la frontera ilegalmente en Arizona, según reportó el la Patrulla Fronteriza de EEUU.
El hombre hondureño fue deportado a finales de noviembre y se le prohibió regresar a los Estados Unidos por cinco años, según documentos del Departamento de Seguridad Nacional de EEUU.
Miembros de la familia dijeron a los medios de comunicación en Honduras que Espinal, un trabajador de la construcción, planeaba hacer otro intento de ingresar a EEUU para unirse a sus hermanos en enero.
La prensa hondureña informó que los testigos dijeron que los sicarios se acercaron a Espinal y le dispararon sin pronunciar una sola palabra antes de huir de la escena del crimen.
Miles de centroamericanos todavía permanecen acampando cerca de las ciudades fronterizas de México con la esperanza de ser aprobados para el asilo político por parte del gobierno de EEUU.