Reino Unido,(EFE).-La reina de Inglaterra, Isabel II, llevó a cabo este jueves su primer acto público fuera de una de sus residencias oficiales en siete meses, desde el inicio de la pandemia de coronavirus.
La monarca, de 94 años, estuvo acompañada de su nieto, el duque de Cambridge, durante una visita al Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa (Dstl) en Port Down, cercano a la localidad inglesa de Salisbury, donde departió con científicos que trabajan en la gestión del Reino Unido de la crisis del COVID-19.
La soberana británica y el príncipe Enrique también tuvieron la oportunidad de conversar con algunos de los empleados de ese centro que colaboraron en 2018 en la respuesta al envenenamiento por Novichock del exespía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia en la citada ciudad.
Con motivo de la visita real, el laboratorio reforzó sus medidas de seguridad a fin de proteger a Isabel II de una posible infección por el coronavirus.
“Se ha buscado asesoramiento específico de médicos y de personas relevantes y se han adoptado todas las precauciones necesarias, trabajando estrechamente con el Dstl”, confirmó hoy en este sentido un portavoz del Palacio de Buckingham.
Entre esas medidas preventivas, las 48 personas que hoy tendrían un contacto más estrecho con la monarca y con el duque se sometieron previamente a un test de coronavirus y cada uno de los pequeños grupos organizados para participar en el acto fueron instruidos para guardar siempre dos metros de distancia social con los miembros de la realeza.
Además, la propia Reina acudió a la cita en helicóptero mientras su nieto se trasladaba en coche.
Durante la visita, el consejero delegado del Dstl, Gary Aitkenhead, mostró a la Reina y al duque tácticas y armamento empleado en los servicios de contrainteligencia del país; les enseñó además un Centro de Análisis Energético y les hizo una demostración de una investigación forense de explosivos.
Desde que se declaró la pandemia el pasado marzo, es la primera vez que Isabel II abandona una de sus residencias -y se aleja de su grupo reducido de personal, denominado la “Burbuja de Su Majestad”- para desempeñar un compromiso oficial.
Isabel II sí ha seguido atendiendo otras tareas en los últimos meses dentro de instalaciones reales, como cuando nombró en los jardines del Castillo de Windsor Caballero al capitán Sir Tom Moore, por haber recaudado el pasado julio miles de libras destinadas a la lucha contra el virus.
También presenció un minidesfile militar, como es tradición cada verano, con motivo de su propio cumpleaños el pasado junio, manteniendo distancias sociales.
La Reina pasó el confinamiento nacional del pasado marzo en su residencia del condado de Berkshire pero ha estado siempre ocupada trabajando con audiencias telefónicas, vídeo llamadas y con otras gestiones realizadas de puertas adentro.
La última vez que se vio a la soberana en un acto público en el exterior, fuera de una de sus residencias, fue cuando se unió a otros miembros de la familia real para conmemorar el Día de la Commonwealth en la Abadía de Westminster, en Londres, el pasado 9 de marzo.
Tras ese evento, Isabel II viajó a Balmoral para pasar el verano y luego estuvo varias semanas en Sandringham antes de regresar a su residencia de Windsor el pasado 6 de octubre.