(EFE).- Con la apertura total de sus fronteras aéreas y la aplicación de protocolos sanitarios específicos, Costa Rica comienza una nueva etapa en el marco de la pandemia de la covid-19, en la búsqueda de reactivar el sector turístico, uno de los principales motores de su economía.
Luego de 3 meses de una apertura gradual de su frontera aérea, a partir del 1 noviembre no hay más restricciones y Costa Rica recibirá vuelos y visitantes de cualquier parte del mundo, siempre que cumplan con una serie de requisitos, como contar con un seguro de salud.
Desde agosto Costa Rica recibe vuelos provenientes de Canadá, Europa y algunas ciudades de Estados Unidos, y según las autoridades el proceso ha sido un éxito y ha permitido la apertura total desde noviembre.
Ya está confirmado que a partir de noviembre reiniciarán operaciones en Costa Rica las aerolíneas Avianca, Air Canada, Jetblue, Delta, British Airways y KLM, que se suman a otras que ya lo habían hecho como Iberia, Lufthansa, Copa, Aeroméxico, United y American. La aerolínea Air France reanudó sus vuelos a Costa Rica el 31 de octubre
EMPLEO PARA LA TEMPORADA ALTA
Las proyecciones oficiales indican que para la temporada alta del turismo, que inicia a finales de noviembre, Costa Rica registrará un crecimiento de los asientos disponibles para los turistas, lo que significará un paso hacia la reactivación del sector turismo, uno de los más afectados por la pandemia.
Según el Instituto Costarricense del Turismo (ICT), para el mes de diciembre habrá casi 300.000 asientos para viajar a Costa Rica, a diferencia de noviembre cuando serán 117.566 u octubre cuando la cifra fue de apenas 37.379.
La portavoz del ICT, Melissa Tencio, dijo Efe que la respuesta de los turistas está siendo positiva, pues consideran a Costa Rica como un destino seguro para sus viajes, lo que se espera se traduzca en un incremento del empleo para los próximos meses.
“A nivel de perspectivas siempre hemos tenido claro que esto es una apertura gradual”, declaró. Tencio detalló que ante de la pandemia el turismo generaba alrededor de 500.000 empleos y que se espera que con esta reapertura total de la frontera aérea haya una recuperación de unos 80.000 puestos de trabajo.
LA IMPORTANCIA DE LOS PROTOCOLOS
Juan Belliard, director de operaciones de la empresa AERIS, administradora del aeropuerto internacional Juan Santamaría, dijo a Efe que la pandemia ha sido un aprendizaje y que con la puesta en práctica de protocolos la terminal está lista para recibir más pasajeros.
“Estamos teniendo alrededor de 8 vuelos al día de 13 aerolíneas y en este noviembre se sumarán más. Los turistas se han comportado correctamente, siguen los lineamientos y se dejan guiar por el personal de apoyo”, comentó Belliard.
Los primeros meses de reapertura de fronteras aéreas, Costa Rica solicitaba a los viajeros una prueba PCR negativa, un seguro de viaje y otros requisitos, pero a partir de noviembre ya no será necesaria la prueba.
En las terminales aéreas del país hay instaladas cámaras infrarrojas capaces de detectar la temperatura de los pasajeros y hay equipos de la Cruz Roja listos para atender cualquier caso sospechoso de covid-19 en coordinación con el Ministerio de Salud.
Además, están demarcados en toda la terminal los espacios de distanciamiento personal a la hora de hacer filas o esperar por el equipaje, así como numerosas estaciones con alcohol en gel y señales para respetar el distanciamiento entre personas.
Por otra parte, el ICT lleva a cabo la supervisión de los protocolos en las empresas turísticas y hasta el momento no se ha informado de algún brote de contagios relacionado con el turismo internacional.
UN MOTOR ECONÓMICO GOLPEADO
Costa Rica, un país de 5 millones de habitantes, recibía antes de la pandemia a cerca de 3 millones de visitantes cada año, un número que las autoridades y los empresarios reconocen que será difícil de recuperar en el corto plazo.
El turismo significaba para Costa Rica ante de la pandemia unos 500.000 empleos, entre directos e indirectos, e ingresos equivalentes a un 8 % de su Producto Interno Bruto.
La pandemia ha significado un duro golpe para el sector, especialmente por el periodo que se denominó “temporada cero” que abarcó prácticamente todo el primer semestre del año. A partir de julio hubo una tímida reactivación cuando la flexibilización de las medidas de confinamiento permitió que los costarricenses hicieran turismo local.
A partir de agosto, con la apertura gradual de los vuelos internacionales, el sector ha comenzado a tener algún respiro.
Douglas Marín