Con una inversión superior a los RD$12.5 millones, la Unidad de Electrificación Rural y Sub-Urbana (UERS) electrificó las comunidades Kilómetro 7 y Los Mojao en el distrito municipal Los Jovillos de Azua, luego de la gestión de la Gobernación provincial.
La electrificación de esas comunidades, que beneficiará a más de 1,700 comunitarios de escasos recursos, pone fin a años de reclamo por parte de los residentes que se quejaban por la malas condiciones del tendido eléctrico.
El director general de la UERS, Elvis Vásquez Guzmán, sostuvo que esa obra tendrá un impacto socioeconómico, debido a que aumentará la fuente de ingreso de las familias de la zona y mejorará los servicios básicos de la comunidad, lo cual impacta de forma positiva el sector educación.
“A partir de ahora, estas familias tendrán acceso a un servicio energético, mejorando su calidad de vida. Esto es parte del compromiso que ha decidido asumir el gobierno que encabeza el presidente Luis Abinader”, destacó.
En ese sentido, la gobernadora Grey Pérez Díaz, afirmó que la rápida respuesta de la entidad luego de que se le presentara un listado donde se mostraba la mala condición en que se encontraba el tendido eléctrico de varias localidades de la provincia, representa una oportunidad para las demás comunidades afectadas.
“Inmediatamente designaron al director de la UERS y me juramentaron como gobernadora de la provincia, fui a ponerle en conocimiento la situación energética de Azua y tuvimos una buena respuesta”, puntualizó Pérez Díaz.
Subrayó que continuarán con la electrificación de las comunidades de Cañada de Piedras, Ranchería, Las Charcas, Galindo, entre otras.
De su lado, el director municipal de los Jovillos, Tomás Contreras, manifestó que esa comunidad llevaba más de 22 años sufriendo oscuridad, con tendidos de alambre de bobina, por lo cual agradece la intervención de la gobernadora.
Reimira Santana Jiménez y Feliciano Salvador De Los Santos, ambos residentes en el Kilómetro 7, afirmaron sentirse escuchados, ya que llevaban años solicitando la electrificación de la comunidad.
Santana Jiménez, expresó que por las mala condiciones de los alambres, se incendiaban varias veces, poniendo en peligro la vida de los comunitarios.
“Con la mala calidad de energía que nos llegaba, las neveras no funcionaban y teníamos que comprar un reductor, pero el que no tenía la posibilidad de comprarlo, no bebía agua fría, ni podía encender un bombillo”, resaltó.
Mientras, De Los Saltos explicó que por la falta de lámparas que iluminen las calles, la comunidad era afectada por una alta ola de atracos.
“Pero ya se puede caminar en horas de la noche sin ningún tipo preocupación”, sostuvo.
Se instalaron un total de 68 postes de luz, distribuidos en 3.19 kilómetros de línea de media y baja tensiones; cinco trasformadores de 25 a 50 kVA y 42 lámparas tipo cobra.