Bagdad, EFE.- Al menos seis personas murieron y otras 80 resultaron heridas en la ciudad sureña de Nasiriya, donde el viernes se produjeron choques entre manifestantes y seguidores del influyente clérigo chií Muqtada al Sadr, después de que el líder religioso pidiera el apoyo de las masas de cara los comicios parlamentarios anticipados previstos para junio de 2021.
Un empleado del departamento de estadísticas del hospital general de Nasiriya, Mohamed al Adly, dijo hoy a Efe que seis personas murieron y otras 80 resultaron heridas de diferente gravedad tras los choques de ayer en la plaza Al Habubi de la ciudad iraquí, uno de los puntos de concentración más importantes de las protestas iniciadas en octubre de 2019.
Nasiriya fue escenario de violentos enfrentamientos después de que los partidarios del clérigo intentaran irrumpir en la plaza y los manifestantes lo impidieran, lo que provocó una batalla campal con palos, piedras y fuegos en las carpas.
Como resultado de la escalada de violencia, el primer ministro de Irak, Mustafa al Kazemi, ordenó la destitución del jefe de la Policía de Di Qar, provincia cuya capital es Nasiriya, por no poder detener los enfrentamientos que forzaron al Gobierno a imponer un toque de queda en la localidad sureña.
Estos acontecimientos se desarrollaron en paralelo a una multitudinaria concentración ayer de partidarios de Al Sadr en la plaza Tahrir de Bagdad, el epicentro de las protestas que derrocaron el anterior Gobierno de Adel Abdelmahdi y que provocaron unos 600 muertos y decenas de miles de heridos.
Según constató Efe, decenas de miles de iraquíes se concentraron en la plaza durante el rezo musulmán del viernes, ondeando banderas iraquíes y levantando imágenes del clérigo, que a principios de semana pidió a sus partidarios a través de la red social Twitter que le mostraran su apoyo en las calles de cara a las elecciones parlamentarias anticipadas del próximo 6 de junio.
BREVE SERMÓN DE AL SADR
Al Sadr incluso ofreció un breve sermón ante la multitud, a pesar de que aparece en contadas ocasiones en público, donde pidió apoyo para obtener una mayoría del partido que apadrina en el Parlamento, poder nombrar a un primer ministro y así ‘liberar a Irak de los partidos corruptos’.
Al Sadr lidera de facto la coalición Sairún, la agrupación que cuenta con más escaños en el Legislativo iraquí como resultado de las elecciones de 2018 y encabezó el grupo armado Ejército al Mahdi tras la invasión estadounidense de Irak en 2003 para luchar contra las tropas de EE.UU. durante años, antes de congelar la actividad de esta milicia tras la marcha de las fuerzas estadounidenses en 2011.
Con un profundo sentimiento antiestadounidense, el clérigo ha mantenido una postura ambigua respecto a las protestas y ha pedido en todo momento la celebración de comicios anticipados, aunque esta es la primera vez que reconoce explícitamente la intención de que su partido sea el encargado de nombrar a un nuevo primer ministro.
