SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Se puede decir que prácticamente dormimos con el enemigo. Nuestras camas, sabanas, almohadas, son el hábitat de miles de parásitos que se alimentan de nosotros mismos y que pueden causarnos enfermedades.
En ese sentido, el doctor Frank Reyes, de Laboratorios Franja, explica que “en una cama limpia realmente no puede haber ningún tipo de presencia de microorganismos ya sea algún tipo de parasito, acaro, bacterias o etc. Ahora bien, nosotros hemos tenido la experiencia de encontrar en colchones diferentes tipos de ácaros como puede ser la chinche, o el bed bug, hemos podido también ver pulgas ya sea la pulga del perro o del gato. Se puede encontrar garrapatas, dermatofitos, que son hongos que tienen predisposición para atacar la piel humana. Lógicamente también puede haber contaminación bacteriana en un colchón y puede haber también bacterias productoras de enfermedades en la piel como son los estafilococos y estreptococos”.
Ácaros del Polvo
Están en todo el ambiente. Generalmente son transmitidos a través de la ropa y llega a la casa por ropa, se infecta generalmente las camas porque parte de su hábitat, son comensales y se alimentan de la descamación de la piel humana y uno del hábitat más frecuente es el colchón.
Chinches
Hay ácaros que son hematófagos como los chinches, los bedbugs, este tipo de ácaros, habitualmente necesitan alimentarse de sangre humana, generalmente las hembras para poder fertilizar los huevos.
Los artrópodos que se alimentan de sangre (hematófagos) son motivo de gran preocupación pública, no sólo por sus mordeduras molestas y frecuentemente dolorosas, sino principalmente, porque muchos de ellos son vectores de patógenos que producen enfermedades que afectan a los seres humanos y los animales domésticos.