La memoria que es una capacidad que nos concede nuestra mente de recuperar imágenes, situaciones, sensaciones o información que vivimos en el pasado y que hemos vuelto a necesitar por algún motivo.
Aunque se suele hablar del almacenamiento de recuerdos, lo que de verdad hace la memoria es reproducir los estímulos electroquímicos que el cerebro recibió en el momento que se está recordando para producir la misma respuesta. Nuestros sentidos, pensamientos e incluso nuestros sueños quedan “registrados” a través de las conexiones neuronales a la espera de entrar en acción.
A continuación, algunos trucos para mejorar la memoria:
Reglas nemotécnicas para mejorar la memoria
La memoria funciona como un archivador. Si lo acostumbramos a utilizar reglas nemotécnicas le costará mucho menos agilizar el proceso de encontrar lo que está buscando. Así, utilizar asociaciones que nos resulten cómodas con conceptos que queremos aprender ha resultado ser una excelente estrategia para acostumbrar a nuestra memoria a que recupere con rapidez lo que ya sabemos. Asociar los números con palabras que rimen podría ser el ejemplo más básico (uno-zumo; dos-tos, etc).
Abrir y cerrar las manos
Un truco al alcance de todos. Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Montclair (EE.UU.) y publicada en la revista Plos One, reveló que apretar el puño derecho durante 90 segundos ayuda en el proceso de formación de la memoria. De otro lado, apretar el puño izquierdo, también facilita la recuperación de información almacenada en nuestra memoria.
Los juegos de Brain Training
Todo aquello que emprendamos con objeto de mejorar nuestra memoria va a dar sus frutos. Practicar 15 minutos al día de juegos de entrenamiento cerebral, mejora el rendimiento de la memoria de trabajo, las funciones ejecutivas y la velocidad de procesamiento, según un estudio publicado en la revista Plos One.
Meditar
Una investigación llevada a cabo por la Universidad de California en Santa Bárbara (EE.UU.) demostró que con dos semanas de entrenamiento en lo que se conoce como “mindfulness”, es posible mejorar notablemente la comprensión lectora, la capacidad de la memoria de trabajo y la concentración. La meditación es, por tanto, una poderosa herramienta para ayudarnos a reforzar la memoria.
Cerrar los ojos
Parece un gesto simple, pero es completamente efectivo. Un estudio llevado a cabo por un equipo de científicos de la Universidad de Surrey (Reino Unido) con 178 participantes, concluyó que recordamos hasta con un 23% más de eficacia si tenemos los ojos cerrados a si los tenemos abiertos.
Hacer ejercicios
Realizar ejercidos de intensidad moderada ayuda a memorizar lo aprendido con anterioridad. Así lo atestigua un reciente estudio de la Universidad de California (EE.UU.) en la que participaron voluntarios de entre 50 y 85 años de edad y que demostraron las bondades de estar activo físicamente.
Dormir la siesta
Si un sueño reparador cada noche ya es de por sí uno de los elementos a tener en cuenta para nuestra memoria, la siesta también aporta su granito de arena. Dormir unos 20 minutos de siesta cada día nos ayuda a recordar mejor lo que hayamos aprendido.
Chocolate
¿El chocolate es bueno para la memoria? Sí. Diversos estudios publicados en la revista British Journal of Clinical Pharmacology han concluido que uno de los componentes del cacao, los flavonoles, están relacionados con un mejor desempeño cognitivo. El motivo es que estimulan la perfusión cerebral, favorecen la neurogénesis y promueven cambios en las áreas relacionadas con el aprendizaje y la memoria.
Cuidar la dieta
Somos lo que comemos y nuestra memoria se ve directamente afectada por los alimentos que consumimos. Numerosos estudios respaldan la idea de que la dieta catogénica, alta en grasas y proteínas y baja en carbohidratos, ayuda a mejorar la concentración mental y la memoria. Alimentos como las verduras de color verde, el pescado azul, los frutos secos o las frutas ricas en flavonoides también contienen nutrientes y sustancias que previenen el deterioro del cerebro y potencian la memoria.