Jerusalén, 20 dic (EFE).- El partido israelí Azul y Blanco informó hoy que existe un principio de acuerdo con el Likud, su socio de coalición, que permitiría evitar la disolución del Gobierno el martes y, por ende, unos cuartos comicios en menos de dos años.
La disputa entre las dos principales formaciones del Ejecutivo ha sumido a Israel en una profunda crisis política y es el resultado de la falta de acuerdo entre sus líderes en torno a la aprobación de los presupuestos del Estado que, de no concretarse antes de la medianoche del martes, conllevaría la disolución inmediata de la Knéset (Parlamento).
Mientras que en los últimos días las negociaciones entre ambos partidos parecían estancadas y los israelíes se enfrentaban a la posibilidad casi inminente de unas nuevas elecciones en marzo, un anuncio hoy de Azul y Blanco indica que existe una salida posible.
“Mañana, se presentará un proyecto de ley consensuado, que delineará un calendario según el cual se aprobará un presupuesto para el 2020 antes del 31 de diciembre de 2020 y un presupuesto para 2021 antes del 5 de enero de 2021”, señaló una portavoz en un comunicado. Ese consenso, detalló, es entre Azul y Blanco y Likud.
De aprobarse, esta ley pospondría el plazo por algunos días, algo que, si bien no garantiza un eventual acuerdo, es una señal de cierto acercamiento entre las partes.
Beny Gantz, ministro de Defensa y líder de Azul y Blanco, exige se respeten los términos del acuerdo de coalición firmado en mayo de este año y se apruebe un presupuesto bianual para 2020 y 2021, mientras que, hasta el momento, Benjamín Netanyahu, primer ministro y líder del Likud, se niega y sugiere aprobar solo uno para 2020.
En una demostración de cautela, el comunicado de Azul y Blanco detalló sin embargo que, en caso de no respetarse los plazos previstos por el proyecto de ley tras su aprobación, este prevé la disolución inmediata de la Cámara y establece que se lleven a cabo elecciones el próximo 23 de marzo.
Por otra parte, advierte también que, de no llegarse a un acuerdo, retirarán el proyecto de ley antes de la medianoche del martes, adelantando la disolución de la Knéset para ese mismo día.
“Agotaremos todos los intentos de tener un Gobierno que funcione, con un presupuesto que millones de israelíes necesitan en este momento”, cierra el texto que, a diferencia de otras ocasiones de negociaciones exitosas entre los partidos, no fue firmado por ambos partidos sino únicamente por Azul y Blanco.
Esta disputa por los presupuestos, opinan muchos analistas, no se basa en cuestiones económicas como indican sus protagonistas sino que tiene un carácter principalmente político: no tener un presupuesto aprobado permitiría a Netanyahu disolver el gobierno sin tener que transferir a Gantz su jefatura en noviembre de 2021, como marca el acuerdo de coalición entre ambos, y quedarse al frente del Ejecutivo mientras este siga en funciones.