París.- El mes de enero de 2021 fue el sexto más caluroso de los registros mundiales, promediando una temperatura 0,43 grados superior que la del período 1980-2010, según informó hoy el programa europeo de observación terrestre Copernicus.
La cifra del primer mes de 2021 se acerca así a la del mes de enero más caluroso de la historia, el de 2020, que superó en 0,75 grados la media del período 1980-2010.
A nivel europeo, las temperaturas se mantuvieron en niveles similares a las registradas los últimos 30 años, siendo un poco más cálidas en la zona sudeste del continente y más frías en su parte occidental y septentrional.
En algunas zonas de Norteamérica, Groenlandia y el Océano Ártico, las temperaturas fueron muy superiores a la media en el primer mes del año, mientras que, por el contrario, Siberia registró unas condiciones mucho más frías que las habituales.
El sistema Copernicus, que recoge datos atmosféricos desde 1979, anunció en el mismo informe que va a cambiar el período de referencia que ha venido utilizando en los últimos años para elaborar sus informes sobre temperaturas.
Siguiendo una recomendación de la Organización Mundial del Clima (OMM), de ahora en adelante Copernicus utilizará el período 1990-2020 en sus trabajos en lugar del período 1980-2010, que se había usado hasta ahora.
Aprovechando este cambio de criterio, el programa climático ha comparado ambos períodos, concluyendo que en los dos se da una tendencia alcista de la temperatura, atribuible al calentamiento mundial, aunque el periodo de referencia 1990-2020 es más cálido que el de 1981-2010 en la mayoría de meses y regiones del mundo.
“La diferencia entre los dos períodos reside en algunos catalizadores como erupciones volcánicas y en eventos climáticos extraordinarios como El Niño y La Niña”, explicó Freja Vamborg, científica del programa Copernicus, en el informe.
El Niño y la Niña son, respectivamente, el calentamiento y el enfriamiento de las aguas centrales del océano Pacífico, dos fenómenos que provocan una variabilidad climática intensa en la zona y que acaban afectando en diversa medida a buena parte del resto del mundo.
Por otra parte, el programa Copernicus también difundió hoy su análisis sobre la calima del Sahara: un penacho de polvo procedente de la zona saharaui que se desplazó por gran parte de Europa meridional y central entre el 5 y el 7 de febrero, empeorando la calidad del aire en esas fechas.
Mark Parrington, científico del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus, explicó en el reporte de la entidad que “los parámetros de calidad del aire de las regiones afectadas, como Barcelona o Marsella, han protagonizado una caída significativa”.
El evento provocó que en esas fechas los cielos se tiñesen de un color rojo intenso y grandes acumulaciones de polvo en la superficie: las concentraciones de polvo en las superficies nevadas en los Pirineos y en los Alpes resultaron especialmente llamativas.