La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo a sus colegas del G20 que el gobierno de Joe Biden ha descartado una controvertida propuesta de su antecesor en las discusiones sobre un impuesto digital global, abriendo así la vía a un probable acuerdo internacional sobre el tema.
La administración de Donald Trump había insistido en una cláusula “refugio” en las reglas de tributación global en discusión en el seno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), bloqueando desde 2019 un acuerdo.
La controvertida disposición, conocida como “safe harbour” en inglés, equivalía a dar a los gigantes digitales la opción entre aceptar el nuevo régimen fiscal de forma voluntaria o continuar con el sistema actual.
Pero ahora Yellen anunció en la reunión de ministros de Finanzas del G20 que los funcionarios estadounidenses “participarán enérgicamente” en las conversaciones y “ya no abogan por la implementación de (la cláusula de) ‘safe harbour”, dijo a la AFP un funcionario del Tesoro.
La OCDE ha estado debatiendo un acuerdo multilateral que incluiría una tasa impositiva corporativa mínima global para los gigantes tecnológicos.
El objetivo es encontrar una solución común para abordar el dilema político de cómo gravar los beneficios obtenidos en un país por una empresa con sede en otro que le ofrece un tratamiento fiscal más favorable.
Sin un acuerdo, las empresas se arriesgan a una proliferación de leyes nacionales que podrían llevar a la doble tributaicón.
Los funcionarios europeos celebraron el cambio de postura de Estados Unidos.
“Este es un gran paso en nuestro camino hacia un acuerdo entre los Estados participantes para el verano (boreal)”, dijo el ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, en un comunicado luego de la reunión virtual con sus pares del G20.
El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, también sostuvo que se debería llegar a un acuerdo para mediados de año y pidió que las negociaciones “concluyan sin demora”.
Francia aprobó en 2019 un impuesto a las empresas de tecnología como Facebook, Amazon, Apple y Google, que fueron acusadas de llevar sus ganancias al extranjero.
París suspendió la recaudación del impuesto a los servicios digitales hasta finales de 2020 en medio de las conversaciones de la OCDE.
La medida había generado fuertes críticas de la administración Trump, que planeaba imponer aranceles a los productos franceses, pero el mandatario desisitió de esto a principios de enero antes dejar el cargo a Biden.
Yellen había indicado el probable cambio de postura de Estados Unidos durante su audiencia de confirmación en el Senado en enero.
En noviembre, unas 75 importantes empresas tecnológicas, incluidas Google y Facebook, respaldaron una iniciativa francesa que los comprometía a realizar una “contribución fiscal justa” en los países donde operan.