Cuando hablamos de abstinencia sexual nos referimos a no tener relaciones sexuales de ningún tipo. No obstante, es cierto que muchas personas entienden la abstinencia como no mantener relaciones basadas en el coito. Por lo tanto, se trata de un concepto que tiene un significado diferente para cada grupo poblacional.
Pero, ¿por qué alguien decidiría ser abstinente sexual? Pues, en ocasiones, si no se tiene pareja y no se tiene intención de mantener relaciones con alguien con quien no se tenga este vínculo, pues la abstinencia estará presente.
Otra de las circunstancias en las que se puede practicar la abstinencia sexual es por cuestiones religiosas. A esto se le conoce como celibato y las personas que tienen estas creencias desean, por propia voluntad, mantenerse vírgenes. La abstinencia llega hasta el punto de no masturbarse.
Por último, la abstinencia sexual puede practicarse para evitar un embarazo, contraer una enfermedad o infección de transmisión sexual (ITS) o esperar a estar preparados para perder la virginidad. Esto es interesante para los jóvenes, pues las presiones por perder la virginidad pueden tener consecuencias si no hay cuidado.
¿Cuál es la eficacia de la abstinencia?
La eficacia de la abstinencia es muy alta si se hace bien. En el caso de que se lleve a cabo por completo, es decir, que no se mantenga ningún tipo de contacto sexual con otras personas, las posibilidades de contraer una ITS o de atravesar un embarazo no deseado son nulas. No obstante, ¿qué sucede cuando la abstinencia no es total y solo implica la falta de coito?
En estos casos, que sí hay otro tipo de prácticas sexuales, hay que tener especial cuidado. Puede ser difícil resistirse a la penetración vaginal por parte de ambos miembros.
¿Qué se puede hacer en la abstinencia sexual?
Cuando la abstinencia sexual no es total puede haber otra serie de prácticas que permitan a una pareja disfrutar del sexo sin problemas. Por ejemplo, el sexo anal es una buena forma de practicarlo sin que haya riesgo de embarazo. Pero hay que tener en cuenta que sí se pueden transmitir enfermedades.
Otra práctica que se pueden llevar a cabo, aunque haya abstinencia sexual, es la masturbación. Se pueden utilizar las manos para darle placer a la otra persona. Lo mejor de esta práctica es que no conlleva riesgos. Se trata de un método seguro.
Durante la abstinencia sexual también se pueden dar masajes sensuales, caricias, besos y cualquier otra cosa que deje espacio a la imaginación. Por lo tanto, será decisión de cada persona decidir si será completa o parcial.
Problemas asociados a este método
No todo es positivo cuando hablamos de este tipo de abstinencia sexual. Existen algunos aspectos a los que es necesario prestar atención.
Por eso, vamos a hablar de 4 de los grandes problemas que suelen darse cuando una persona es abstinente. Tenerlos en cuenta permitirá valorar las ventajas y las desventajas.
1. Estrés y ansiedad
El primero de los problemas de la abstinencia sexual es la ansiedad y el estrés. El sexo produce relajación y está claro que es una necesidad básica.
La abstinencia puede generar frustración al tener que calmar el deseo, aplacarlo e incluso evitar tocarse (masturbarse). Por ello, hay que tener en cuenta que habrá estrés.
2. Disminución del deseo sexual
El segundo de los problemas con el que nos podemos encontrar es la disminución del deseo. Si el cuerpo se acostumbra a no tener relaciones ni recibir placer, puede que llegue a aplacar esta necesidad básica.
Las ganas de tener relaciones pueden ser difíciles de recuperar y causar una sensación de frustración grande.
3. Debilitamiento del vínculo con la pareja
El tercero de los problemas es que el vínculo con la pareja se puede debilitar. Las dos personas tienen que ser abstinentes sexuales para que esto no ocurra y, aún así, la falta de deseo (o la disminución del mismo) puede hacer que surjan dudas sobre si de verdad se quiere estar con la otra persona o no. Por lo tanto, la comunicación en la relación va a ser algo muy importante.
4. Mayor riesgo de disfunción eréctil
El cuarto de los problemas es que existe un mayor riesgo de disfunción eréctil. Esto nada tiene que ver con un problema de estrés o de autoestima, sino que simplemente la abstinencia sexual en los hombres también provoca pérdida del deseo. En el momento de retomar las relaciones sexuales, la disfunción eréctil estará más presente.
La abstinencia sexual no debe ser una decisión a la ligera
Con todo esto, sabiendo las ventajas y desventajas de la abstinencia sexual, está claro que asegura que no va a haber un embarazo y que no se va a contraer ninguna ITS. Sin embargo, utilizar métodos anticonceptivos puede ser válido, aunque está claro que pueden pasar accidentes.
Cada persona es libre de decidir. Independientemente de la decisión que se tome, la comunicación con la pareja es fundamental.
Fuente: Mejor con salud