Italia se enfrenta al “formidable” desafío de levantar su economía, fuertemente debilitada por la pandemia de coronavirus, gracias a los fondos europeos, reconoció este lunes el gobernador del Banco Central italiano, Ignazio Visco, al pedir un “esfuerzo colectivo” para lograr ese objetivo.
La tercera economía de la zona euro ha elaborado un plan de inversiones de 222.100 millones de euros (más de 270.000 millones de dólares), de los cuales 191.500 millones (unos 233.400 millones de dólares) provienen de fondos europeos.
Ese plan, que debe ser ejecutado entre 2021-2026, obliga al gobierno liderado por el economista Mario Draghi a realizar una serie de reformas importantes para aprovechar al máximo ese maná.
Se necesita “un esfuerzo colectivo para superar la debilidad estructural de Italia y los factores específicos del anémico crecimiento económico de las dos últimas décadas”, advirtió Visco durante su informe anual sobre la economía italiana.
“Las oportunidades que Italia podrá ofrecer a las generaciones futuras dependen del éxito de las reformas y medidas del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia”, advirtió.
“Representa un desafío formidable”, dijo y es “esencial que participen con convicción las empresas y las familias porque no se puede construir un futuro en base a subsidios e incentivos públicos”, añadió.
En su informe, adelantado en parte a la prensa, Visco, reconoció que debido a la pandemia se ha ensanchado la distancia entre las clases sociales.
Un tercio de las familias registró una disminución de la renta y hay un millón de pobres más en Italia.
Por otra parte, cuatro de cada diez familias durante la pandemia ahorraron, y un 13% lo hizo de manera consistente con respecto al pasado. Sin embargo, la mitad del ahorro servirá para pagar deudas.
Se estima que la deuda pública llegará al 159,8% del PIB en 2021, la segunda más alta de la zona del euro, detrás de Grecia y la más alta registrada desde la Primera Guerra Mundial
“Las medidas de apoyo a los hogares y a las empresas deben levantarse gradualmente y solo cuando la situación económica se haya consolidado lo suficiente y las incertidumbres se hayan reducido significativamente”, propuso el gobernador del banco central.
La propuesta fue bien recibida por el representante del mayor sindicato italiano, CGIL, Maurizio Landini, presente en la reunión, quien batalla a favor de una ampliación del bloqueo de los despidos vigente hasta medias del año.
“Sirve (…) para evitar un drama social. Todo debe ser gradual”, aseguró Landini en declaraciones al canal de noticias RaiNews desde la sede del Banco de Italia.
“Lo gradual es una medida sabia y equilibrada”, declaró por su parte Carlo Bonomi presidente de la confederación de industriales Confindustria.
El impacto de la pandemia sobre la economía italiana ha sido muy duro. El año pasado el PIB cayó de un 8,9%, la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial.
La campaña de vacunación lanzada en enero está dando resultados, con la reapertura de tiendas y la reactivación, aunque lenta, del turismo, entre los sectores claves, según Visco.
El Banco Central calcula que la economía va a crecer más del 4% este año, gracias a las medidas adoptadas hasta ahora, entre ellas la campaña de vacunación.
El gobierno estima un crecimiento del 4,5% en 2021 y un 4,8% en 2022. Según el primer ministro Mario Draghi, estas previsiones podrían revisarse al alza.