En diálogo con un medio colombiano, Stanley Lucas, consejero presidencial y hombre de confianza del asesinado presidente de Haití, Jovenel Moïse , dijo que la investigación gira en torno a tres líneas importantes. La primera es la financiera, porque “eso costó más o menos 20, 30 millones de dólares”.
Otra línea es la participación de los mercenarios colombianos, confirmada por la primera dama, quien resultó herida en el atentado contra el presidente de Haití.
“Confirmó que los mercenarios colombianos son ellos los que mataron a su marido y también llevaron tres balas a ella. Pensaba que fue muerte, pero con la ayuda de Dios todavía tiene vida”, señaló.
Para Lucas, hay complicidad de las fuerzas de seguridad, como la Policía, en el magnicidio del presidente de Haití, que ya habían intentado cometer en febrero pasado.
“En febrero 7, la cosa no fue un éxito. Ellos recalibraron el plan para asesinar al presidente. Probablemente, por eso, fueron a Colombia a buscar a los mercenarios que fueron parte de la conspiración que mató a nuestro presidente”, anotó.
La conspiración para asesinar al presidente de Haití , Jovenel Moïse, también pasa por los intereses del sector político y privado.
“El senador que se llama John Joel Joseph… rentó los carros que los mercenarios usaron para matar al presidente, él es conectado por uno de los oligarcas que se llama Dimitri Vorbe”.
Para las autoridades haitianas, el exsenador John Joel Joseph está señalado de ser el tesorero de la reunión, coordinar los encuentros con los mercenarios, alquilar vehículos y realizar los pagos.
Joseph Felix Badio, quien también es buscado por las autoridades, es señalado de alquilar una casa cercana a la del presidente, manipular placas de los vehículos, falsificar los distintivos de la DEA y adquirir equipos para la operación.
Otros dos sospechosos buscados por las autoridades son Jaar Rodolf y Desir Gordon Phenil.
Fuente: Noticias Caracol