“Tengo pruebas irrebatibles de que la mayoría de los usuarios que participaron en esta campaña se encontraban en Estados Unidos y que utilizaron sistemas automatizados para la viralización de los contenidos”, manifestó el canciller del régimen, Bruno Rodríguez.
Una campaña orquestada en Twitter desde Estados Unidos para desestabilizar el régimen. Ese es el gran argumento de la dictadura cubana para explicar las históricas manifestaciones de que se desarrollan en la isla desde el pasado 11 de julio.
“Tengo pruebas irrebatibles de que la mayoría de los usuarios que participaron en esta campaña se encontraban en Estados Unidos y que utilizaron sistemas automatizados para la viralización de los contenidos, sin ser penalizados por la red social Twitter”, aseguró el martes el ministro de Relaciones Exteriores del régimen castrista, Bruno Rodríguez.
Para el ministro, estas protestas, en las que miles de cubanos se manifestaron al grito de “libertad”, “tenemos hambre” y “abajo la dictadura”, no fueron un “estallido social”, sino el resultado de una “guerra de comunicación y de información contra Cuba”.
¿Y el gran culpable? La etiqueta #SOSCuba, lanzada a comienzos de julio para alertar sobre la grave situación sanitaria en la isla, que enfrenta un aumento de los casos de coronavirus, y para demandar ayuda humanitaria desde el exterior.
Doug Madory, director de análisis de internet en la sociedad tecnológica Kentik, fue más escéptico con respecto a la teoría oficial: “¿Alguien envía un tweet en Estados Unidos que lanza a la gente a la calle en Cuba? (…). Me cuesta creerlo”. “No sé si uno podría sentarse y tratar de crear una campaña en Twitter que tenga una influencia tal sobre el cubano promedio que, de la nada, lo convenza de hacer cosas que de otra manera no hubiera hecho”, agregó.
Aunque reconoció la existencia de los tuits automatizados en las campañas, el experto dice que “es probable que esto también lo haga el régimen cubano”, algunos de cuyos seguidores son sorprendentemente idénticos en sus tuits.
Madory recordó que frente a esto las autoridades disponen de un arma formidable a sus disposición: cerrar el grifo. De hecho, desde el mediodía del domingo hasta la mañana del miércoles, el internet móvil fue inaccesible. Recién empezó a regresar el miércoles de manera inestable y sin acceso a las redes sociales, pero el jueves se restablecieron completamente.
Aunque la dictadura no confirmó que había restringido internet y se limitó a subrayar su “derecho a defenderse”, una presentadora de la televisión estatal dio la noticia la noche del martes: “Entiendo como periodista, aunque me dañe, la medida del corte de las redes sociales porque es el área donde se está organizando la guerra contra Cuba”.
Para el politólogo cubano Harold Cárdenas, “sería una simplificación decir que es una campaña de Estados Unidos, porque evidentemente hay muchas otras razones detrás de las protestas”.
Cárdenas además sostiene que las autoridades “atribuyen una importancia exagerada a lo que ocurrió en Twitter”, pues estas manifestaciones estuvieron sobre todo motivadas por “el cansancio, el agotamiento económico”.
En el marco de las protestas, la canción “Patria y vida” se convirtió en el himno de la resistencia contra la dictadura cubana, tanto para quienes habitan la isla como para los millones que han huido de ella. Y esas tres palabras ahora están cargadas de un valor simbólico que asusta al poder.
Este jueves, el régimen prometió encarcelar a quienes griten “patria y vida”. Una militar cubana advirtió en un programa de televisión de la cadena oficial del régimen que quienes pronuncien esas palabras serán acusados del delito de “instigación”: “Instigadores pueden ser, como se vio en un caso, personas en moto diciendo arriba ‘patria y vida’, repitan ‘patria y vida’: eso es instigar, instigar el desorden”.
(Con información de AFP)
Fuente: Infobae