Recientemente, un grupo de científicos japoneses publicó un estudio en la revista Nature Communications en el que aseguran haber creado exitosamente la primera impresión 3D de un trozo de carne de wagyu, considerada la más cara del mundo.
El wagyu es una raza bovina originaria de Japón y su carne es muy apreciada por sus características de sabor, terneza y jugosidad.
Para crear el filete ‘de la nada’, los científicos aislaron células madre de vacas wagyu y luego las incubaron hasta convertirlas en células musculares, grasas y vasos sanguíneos. Con la ayuda de la tecnología de impresión 3D, esto se convirtió en una pila tridimensional que se asemejaba al filete real, con precisión incluso en su veteado, del que depende ―según los expertos― el buen sabor y la textura distintiva de la carne.
“Un total de 72 fibras que comprenden 42 músculos, 28 tejidos adiposos y 2 capilares sanguíneos se construyeron mediante bioimpresión integrada de tendón-gel y se ensamblaron manualmente para fabricar carne similar a un filete”, detalla el estudio.
El producto resultante tenía un diámetro de 5 milímetros y una longitud de 10 milímetros, así como una apariencia idéntica a la de un filete tomado directamente de un wagyu.
“Hemos desarrollado un método de impresión 3D que puede producir estructuras complejas hechas a medida, como fibras musculares, grasa y vasos sanguíneos”, señaló Dong-Hee Kang, autor principal del artículo, agregando que su trabajo “puede ayudar a marcar el comienzo de un futuro más sostenible con carne cultivada ampliamente disponible, que sea más similar a los productos existentes”.
El equipo de científicos explicó que un mayor desarrollo de esta tecnología permitiría a los consumidores tener más libertad de elección respecto a la cantidad deseada de grasa, sabor y parámetros de salud de la carne, que al ser cultivada puede modificarse en base a los deseos del comensal.
En los últimos años, la carne cultivada ha ido adquiriendo una enorme relevancia, pues las técnicas de ganadería que se practican en la actualidad se consideran insostenibles desde la perspectivas ética, el cambio climático y crecimiento poblacional.
Fuente RT