El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió este viernes ayuda para los damnificados del potente huracán Ida durante un recorrido por las zonas más devastadas de Luisiana y exaltó la necesidad de invertir en infraestructura para enfrentar los nuevos retos climáticos.
Biden habló de atender las causas de estas catástrofes, en referencia al calentamiento global, como también aludió a la necesidad de aprobar definitivamente el plan de infraestructura por 1,2 billones de dólares en la Cámara Baja.
“Las cosas han cambiado drásticamente en términos del medio ambiente. Ya ha cruzado un cierto umbral. No se puede reconstruir una carretera, una autopista o un puente como antes”, manifestó.
Sobre la “inversión significativa” de los planes de infraestructura y reconciliación, que permite la aprobación de una ley fiscal con la mayoría simple en las dos cámaras del Congreso, dijo que ayudarán a evitar daños futuros por crisis climáticas.
“Me doy cuenta de que también estoy vendiendo mientras hablo”, dijo, al agregar que la legislación del Congreso creará puestos de trabajo.
Acompañado de altos funcionarios, el presidente visitó la zona a cinco días de que Ida tocara tierra en Luisiana y dejara muerte y destrucción en ese estado del Golfo de México, como también en el noreste del país, debido a los fuertes vientos y lluvias, las inundaciones y los tornados.
“Cuentan con el apoyo total del Gobierno federal para brindar asistencia según sea necesario”, manifestó Biden, quien viajó en compañía del asesor presidencial Cedric Richmond, un ex congresista de Luisiana a quien le encomendó los esfuerzos de recuperación tras Ida.
En medio del calor y la humedad de la región, la comitiva se encontró a simple vista con un panorama desolador con destrozos de viviendas y de infraestructura, miles de cables eléctricos caídos, apagones y escasez de suministros y de gasolina.
El presidente recibió información de los cuantiosos daños y apremiantes necesidades en sus reuniones con líderes estatales y locales de las comunidades afectadas, entre ellos el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards.
La visita ocurre cuando se contabiliza más de medio centenar de víctimas mortales por el huracán, cuyos remanentes sorprendieron el miércoles al noreste del país con tornados, fuertes lluvias e inundaciones, especialmente en Nueva York, Nueva Jersey y sus áreas circundantes.
“Esta tormenta ha sido increíble, no solo aquí” sino en toda la costa Este, manifestó Biden en LaPlace, una pequeña comunidad a unos 56 kilómetros (35 millas) al oeste de Nueva Orleans, donde se reunió con líderes regionales.
Junto con el gobernador Edwards y la administradora de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), Deanne Criswell, escucharon las peticiones de las autoridades locales.
Una de las ciudades más afectadas por las inundaciones y los apagones ha sido Nueva Orleans, con cerca de 900.000 clientes aún sin el servicio eléctrico.
El demócrata dijo comprender la “frustración” por el apagón generalizado.
Filas de hasta cuatro horas se han visto durante la semana en esta localidad para abastecerse de gasolina, como también de hielo en las tiendas para soportar las altas temperaturas ante la falta de aire acondicionado.
“Trabajamos las 24 horas al día, 7 días a la semana con empresas de gestión (de energía)”, expreso Biden a la comunidad.
Por otro lado, el mandatario dijo que instalar líneas eléctricas bajo tierra podría ahorrar dinero a largo plazo.
PRÉSTAMO DE PETRÓLEO
En ese sentido subrayó que Nueva Orleans es un ejemplo de que la inversión en infraestructura funciona al aludir al éxito en el reforzamiento de los diques tras el mortífero huracán Katrina de 2005.
El sistema de muros de contención en las inmediaciones de la ciudad era “mucho dinero, pero piensen en cuánto dinero ahorró”, manifestó.
Esta vez los diques soportaron la fuerza de Ida, al contrario de Katrina, que dejó más de 1.800 muertos, en su mayoría debido a las inundaciones tras el rompimiento de estas estructuras.
Ida tocó tierra hacia el mediodía del domingo en Port Fourchon, un puerto petrolero en el extremo sur de Luisiana, en el Golfo de México, para después hacerlo de nuevo muy cerca de allí, en Galliano (Lafourche).
Ida, considerado por el quinto huracán de mayor fuerza en la historia de EE.UU., tocó tierra con vientos máximos sostenidos de 240 kilómetros por hora (150 millas) al tocar tierra en Luisiana.
El presidente Biden tiene previsto además un sobrevuelo por las áreas más devastadas de Luisiana, que incluye Laffite (Jefferson ), Port Fourchon (Lafourche) y Grand Isle, un poblado en una estrecha barreras de islas en el Golfo de México.
Entre sus compromisos con Luisiana está además un préstamo de 1,5 millones de barriles de petróleo de las reservas de Estados Unidos para suplir especialmente la demanda de gasolina en la zona para el funcionamiento de generadores eléctricos ante el apagón generalizado en Nueva Orleans.
Ida paralizó la mayor parte de las operaciones de refinación en el estado, entre otros motivos por cierres de tráfico por el río Misisipi de las barcazas con el combustibles.
EFE