El análisis de las huellas únicas en la luz emitida por el material que rodea a las estrellas jóvenes ha revelado “importantes reservas” de grandes moléculas orgánicas necesarias para formar la base de la vida.
Una serie de investigaciones han revelado que los planetas se forman en “sopas orgánica” con diferentes ingredientes. No hay dos exactamente iguales y de su composición depende de qué tipo serán y su capacidad para albergar vida.
Una colaboración internacional ha cartografiado con gran detalle la composición química de cinco discos protoplanetarios, que son regiones de polvo y gas donde se forman los planetas alrededor de estrellas jóvenes, para lo que se usaron datos del ATACAMA Large Millimetre/submillimetre Array (ALMA), en Chile.
El nuevo estudio desvela pistas sobre el papel de las moléculas en la formación de sistemas planetarios y sobre si estos tienen lo necesario para albergar vida, señala el ALMA en un comunicado.
El equipo ha producido imágenes que capturan la composición molecular asociada a los nacimientos planetarios y una hoja de ruta para futuros estudios de la composición de las regiones de formación de planetas y cometas
Una serie de veinte artículos que detallan el proyecto, llamado Molecules with ALMA at Planet-forming Scales (MAPS), fue publicada hoy en el repositorio de acceso abierto arXiv y han sido aceptados para su publicación en el The Astrophysical Journal Supplement Series.
Los resultados sugieren que las condiciones químicas básicas que dieron lugar a la vida en la Tierra podrían existir más ampliamente en toda la galaxia, según el investigador de la Universidad de Leeds John Ilee.
Los discos de formación de planetas están repletos de moléculas orgánicas, algunas de las cuales están implicadas en los orígenes de la vida aquí en la Tierra, explicó Karin Öberg, astrónoma del Centro de Astrofísica Harvard-Snithsonian (CfA).
“Las sustancias químicas de cada disco afectarán, en última instancia, al tipo de planetas que se formen y determinarán si los planetas pueden albergar vida o no”, agregó en una nota del CfA
Los nuevos mapas de los discos revelan que las sustancias químicas de los discos protoplanetarios no están localizadas de manera uniforme; por el contrario, cada disco es una sopa de formación de planetas diferente, una mezcla de moléculas o ingredientes planetarios.
Los resultados sugieren que la formación de planetas se produce en entornos químicos diversos y que, a medida que se constituyen, cada planeta puede estar expuesto a moléculas muy diferentes en función de su ubicación en un disco.
Muchas de las sustancias químicas de los discos son orgánicas, y la distribución de estos orgánicos varía drásticamente dentro de un disco concreto.
“Nuestros mapas revelan que es muy importante en qué parte del disco” se forman los planetas, pues estando alrededor de la misma estrella pueden tener “inventarios orgánicos muy diferentes y, por tanto, predisposición a la vida”, reseñó Öberg, autora principal de MAPS I, el primer artículo de la serie.
El proyecto MAPS ha ofrecido a los astrónomos la oportunidad de estudiar algo más que el entorno químico de los discos, pues usaron los mapas para mostrar dónde se encuentran algunos de los planetas en formación dentro de los discos, lo que permite “conectar las sopas químicas observadas con las futuras composiciones de planetas específicos”.
Para confirmar si la diversidad química observada en MAPS es típica, “vamos a necesitar aumentar el tamaño de nuestra muestra y mapear más discos de la misma manera”, según Charles Law, del CfA.
EFE