Agencia EFE. – Los Golden State Warriors de Stephen Curry, que consiguió un triple-doble, tumbaron este martes a Los Angeles Lakers (114-121), que en el primer partido de su muy veterano y arriesgado proyecto para esta temporada demostraron que todavía les falta mucho para ser un equipo sólido y compacto.
Russell Westbrook y Carmelo Anthony debutaron con la franquicia de púrpura y oro, pero los reyes en los Lakers fueron los de siempre: LeBron James (34 puntos, 11 rebotes y 5 asistencias) y Anthony Davis (33 puntos y 11 rebotes).
Entre los dos sumaron 77 puntos mientras que el resto de jugadores de los Lakers lograron un pobre botín de 37 puntos.
Los nuevos fichajes de estos Lakers repletos de jugadores experimentados dejaron un balance muy desigual.
Kent Bazemore destacó en defensa, pero a Russell Westbrook se le vio muy pasado de revoluciones (8 puntos, con 4 de 13 en tiros, y 4 pérdidas) y Carmelo Anthony ofreció solo algunos destellos aislados (9 puntos, 3 de 9).
Frente al deslavazado conjunto local, los Warriors -todavía sin Klay Thompson- presumieron de un estilo generoso, colectivo y con todos sus integrantes a un nivel notable.
Curry logró un triple-doble de 21 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias aunque no tuvo una noche particularmente brillante en el tiro (5 de 21).
Por fortuna tuvo el respaldo de guardaespaldas como Jordan Poole (20 puntos) o Nemanja Bjelica y Damion Lee (ambos con 15 puntos).
Seis jugadores de los Warriors consiguieron más de 10 puntos y solo uno de los doce miembros del equipo (Gary Payton II, con 7 segundos en cancha) se fue sin anotar del Staples Center de Los Ángeles (EE.UU.).
Este encuentro, revancha del “play-in” del año pasado con el que los Lakers se clasificaron para las eliminatorias, fue junto al Milwaukee Bucks contra Brooklyn Nets uno de los dos elegidos por la NBA para descorchar su temporada 2021-2022.
El estadio de los Lakers presentó un gran ambiente y entre el público contó con figuras del espectáculo como Jack Nicholson, Adele o Justin Bieber.
AL RITMO DE JAMES Y DAVIS
Entre las pérdidas de balón y los despistes típicos del primer partido del curso, LeBron James y Anthony Davis trataron de marcar el ritmo desde el inicio.
Con 6 puntos por cabeza, las dos máximas referencias de los angelinos impulsaron a su equipo con un comienzo potente en ataque y con carencias en defensa (14-12 a falta de 6.51).
En el ecuador del primer cuarto entró Carmelo Anthony, que se llevó una enorme ovación de la afición y que en su primera jugada cometió falta en ataque.
Ampliaron algo la ventaja los de Frank Vogel con el incombustible Rajon Rondo al timón, pero la dejadez defensiva del banquillo empañó un fantástico primer cuarto (34-32) de James (10 puntos sin fallo) y Davis (dominador en la zona con 14 puntos).
Curry no daba señales de vida, pero los Warriors supieron refugiarse en actores secundarios como Nemanja Bjelica o Andre Iguodala para equilibrar el partido ante la falta de decisión de los Lakers (41-41 con 7.49 en el segundo cuarto).
Aun así, James y Davis continuaron a lo suyo, que era machacar el aro de los Warriors, y los Lakers se fueron al descanso con una ventaja corta (59-53) tras una primera mitad de alternativas, un poco alocada y sin dominio claro por ningún lado.
REACCIÓN DE LOS WARRIORS
En el tercer cuarto los Warriors salieron a morder.
Un parcial de 2-8 de arranque igualó de nuevo el duelo (61-61 con 9.39 en el reloj) con Jordan Poole pidiendo paso en los Warriors.
En ese momento de necesidad se rearmaron los Lakers, que con agresivas transiciones, como una que acabó en mate de Davis a pase de James, sofocaron el primer arrebato de los visitantes (68-61 a falta de 7.51).
Parecía que los Lakers le habían tomado la medida al encuentro cuando se pusieron diez arriba con solo 2.35 por jugarse del tercer cuarto (84-74), pero otro desastre de la segunda unidad de los angelinos dejó todo prácticamente en la casilla de inicio ante el cuarto definitivo (85-83).
Desde el 9-12 del primer cuarto cuando solo se habían disputado cuatro minutos los Warriors no se habían visto por encima en el marcador.
Pero su meritorio y silencioso trabajo de grupo tuvo recompensa cuando un triple de Poole le dio la vuelta al partido nada más empezar el cuarto parcial (85-86).
Damion Lee se apuntó a la fiesta y, sin comerlo ni beberlo, de repente el encuentro se escapaba a los Lakers (90-98 con 8.14 en el reloj).
A los Lakers le entraron las prisas tras toda la noche jugando a medio gas y Avery Bradley presentó su candidatura a héroe insospechado del día, pero los Warriors tenían las cosas claras y la cabeza fría.
Además, Curry despertó en el momento preciso con un triple y Bjelica hizo lo propio para desnudar los graves problemas de los Lakers en su protección del aro.
Pese a ello, no se rindieron los angelinos, con James y Davis tirando del carro sin descanso, pero un gran triple de Andrew Wiggins tras un estupendo movimiento de balón de los Warriors finiquitó el primer y desafortunado partido de estos “nuevos” Lakers.